Ceferino Namuncurá «nunca perdió su identidad, vivida con humildad y convicción»

El Arzobispo Víctor Fernández visitó este jueves el Seminario mayor San José para entregar a los seminaristas una reliquia del beato Ceferino Namuncurá, en el día de su fiesta.

Allí, en la homilía, recordó que Ceferino murió siendo seminarista, pero deseando volver a su tierra para entregarse al servicio de su tribu. “Nunca perdió su identidad, vivida con humildad y convicción. Junto con los de su tribu, experimentaba la fragilidad y la pobreza, pero la fe en Cristo lo hacía fuerte, le daba seguridad y mucha alegría”, recordó Monseñor Fernández.

Asimismo agregó que los testimonios destacan su sonrisa amplia y generosa: “Esparcía alegría por todas partes… Servía la comida y tenía una sonrisa para cada uno. Reía con ganas, cantaba y daba saltos”.

“Más adelante, aun con tuberculosis, mostraba una serena alegría”, dijo el Arzobispo, quien además indicó que Ceferino Namuncurá “no pudo realizar lo que soñaba, pero se entregó plenamente, y así nos enseña a sostener grandes sueños sin dejar de vivir plenamente el presente”.

Finalmente, el Arzobispo pidió a Ceferino que ayude a los seminaristas a estar siempre concentrados en lo esencial: “un alegre amor a Jesús y las ganas de servir al propio pueblo”.

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