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Se realizó la gran Asamblea Arquidiocesana

Con una asistencia de 300 personas invitadas (laicos, religiosas y sacerdotes) este sábado 28 se celebró en la Catedral de La Plata la Asamblea Arquidiocesana, presidida por el arzobispo Víctor Manuel Fernández, y que también fue transmitida en vivo. Se relanzó así la misión en toda la Arquidiócesis.

El Arzobispo invitó a recuperar el fervor, la generosa alegría, para impedir que la pandemia nos contagie el desánimo, la flojera, el individualismo. Cristo nos llama a enriquecer la Iglesia, la esposa amada del Señor, para lo cual hay que liberarse de la queja permanente, del encierro y del aislamiento. Y ante las tentaciones propias de esta época, se trata de responder al mal con el bien. De otro modo estaríamos eligiendo la muerte espiritual que nos atonta y paraliza, en lugar de elegir la vida del Espíritu, que es misión y fecundidad.

Recordó que la Iglesia revive y avanza cuando es misionera, cuando comparte, cuando da, cuando se entrega, sin preocuparse demasiado por defenderse a sí misma o por preservar lugares de poder. Se trata de buscar “El Reino de Dios porque todo lo demás se nos dará por añadidura”.

Posteriormente el Arzobispo ofreció a los presentes una oda a los misioneros de barrio, cuyo contenido comentó y profundizó.

También propuso varias iniciativas prácticas para la misión arquidiocesana, particularmente la creación de los consejos parroquiales de pastoral y de un Equipo de pastoral arquidiocesana, integrado mayoritariamente por laicos.

Explicó que el sentido real de la “sinodalidad” es una amplia participación de todos en la Iglesia, que implica “desmitificar” una figura del sacerdote que termine absorbiendo todos los carismas. Por eso remarcó la necesidad de una preocupación permanente de los laicos por la Iglesia. A veces los Obispos hacemos sugerencias y damos algunas orientaciones, y otras veces establecemos algunas normas con mayor firmeza a través de decretos. Cuando se encomienda todo esto sólo  los sacerdotes, tienen que tener muchas cosas en la cabeza y a veces se sienten sobrepasados. Es importante que los laicos reconozcan su responsabilidad en la Iglesia para poder cumplir con esas indicaciones. El Arzobispo dio algunos ejemplos:

1) «Con respecto a la comunión de bienes, he pedido a los sacerdotes que tengan un equipo de laicos que ayude a conseguir  fondos, que las parroquias con mayores ingresos ayuden a las más pobres, que los sacerdotes se ayuden mutuamente, etc. Esto es evangélico. Por otra parte, los Obispos queremos liberarnos de la asignación que nos paga el Estado y yo mismo hace tiempo he renunciado a ese dinero. Por otra parte necesitamos construir nuevas capillas en barrios pobres. Todo esto supone que los fieles nos ayuden a encontrar aportes. Para ello, por ejemplo, en la página web del Arzobispado hay una pestaña que permite donar para las capillas más pobres y para poder construir capillas en los barrios más abandonados.

2) Con respecto a la protección de menores, ordené a los sacerdotes que, para disipar toda sospecha,  eviten siempre estar a solas con menores de edad en lugares no visibles y estar solos con menores en autos, carpas, etc. Los laicos pueden ayudar a que esto se cumpla, especialmente los catequistas, las secretarias parroquiales, los dirigentes juveniles, etc. Por ejemplo, cuando se confiesan niños y jóvenes en campamentos o encuentros, hay que prever un lugar adecuado, de manera que el sacerdote no se encuentre en una situación inconveniente.

3) Con respecto a la Liturgia he pedido, por ejemplo, que se formen equipos de lectores bien preparados para que podamos mejorar la proclamación de la Palabra en la Misa. También pedí que los guiones y la oración de los fieles fueran breves y sintéticos. Que los cantos motiven a orar. Los laicos que colaboran en la Liturgia pueden ayudar para que estas y otras indicaciones puedan cumplirse y tener una Liturgia viva, que estimule la oración y el amor al Señor.

4) Con respecto a las tres líneas pastorales (misión-pobres-santidad) es evidente que los sacerdotes sin los laicos no pueden aplicarlas. Necesitamos que los laicos se entusiasmen buscando maneras para que esas líneas se hagan carne y den nueva vida a la Arquidiócesis. Pero eso no funciona si en la parroquia no hay grupos de laicos que se mantienen vivos en la fe y tienen ganar de servir a Cristo y de cambiar el propio barrio”.

Luego el Arzobispo dio la palabra a Sandra CasanaveSilvio Basgall  y la Hna. Claudia Ortellado, quienes ofrecieron su testimonio y sus propuestas.

Las comunidades presentes dejaron por escrito propuestas de acciones pastorales parroquiales y diocesanas. Luego de la Asamblea se analizarán y se darán a conocer los grandes consensos.

Finalmente, el Arzobispo presidió un momento de adoración, ofrendando al señor todas las comunidades de la Arquidiócesis.

Al retirarse, los delegados recibieron un Rosario enviado por el Papa Francisco, para cada una de las comunidades, con su bendición para la misión.

 

 

 


VIDEO: GENTILEZA DE CATEDRAL MEDIA

 

 

 

 

 

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