Mons. Baísi llamó a los jóvenes misioneros a «ser cristianos de verdad»
El Obispo auxiliar de La Plata, Mons. Nicolás Baísi, llamó a los jóvenes misioneros a «ser cristianos de verdad. Y a no tener miedo a ser sal de la Tierra y luz del mundo (Mt 5, 13 – 16). Estos días les permitieron a ustedes tener un profundo encuentro con Cristo, que se entrega en la Eucaristía, muerto y resucitado. ¡Ahora a seguir llevando a Jesús a todas las periferias geográficas, existenciales y culturales!…».
Al clausurar la Misión Juvenil Arquidiocesana, que durante diez días se desarrolló en el ámbito de la parroquia San José Obrero, de Berisso, con la participación de un centenar de jóvenes, acompañados por una decena de Sacerdotes y una veintena de religiosas, el prelado elogió el «ferviente testimonio cristiano que han dado en el Barrio Obrero. Desafiando todas las adversidades del tiempo, como las intensas lluvias y los bruscos cambios de temperatura, llevaron ayuda incluso a los hermanos más pobres, que sufrieron la inundación de sus humildes hogares. Así debe ser el misionero católico: siempre listo para lo que Dios quiera, como Dios quiera, y cuando Dios quiera».
Consultado, posteriormente, por los periodistas, Mons. Baísi se mostró muy satisfecho por el creciente movimiento juvenil de la Arquidiócesis platense. «Una vez más quedó demostrado -enfatizó- la fuerza y el entusiasmo de nuestros jóvenes. Da mucha alegría comprobar cómo van madurando en su seguimiento de Cristo; y cómo, entre misión y misión, profundizan su vida de oración y su participación en las parroquias, en los grupos y movimientos».
Destacó, asimismo, que «crecer, incluso, como grupo misionero, les permite establecer y desarrollar vínculos sólidos. Y descubrir, en atenta escucha, a qué los llama el Señor. Ahora empezamos a preparar Pascua Joven y, por supuesto, a planificar la Misión Juvenil Arquidiocesana 2015; en el barrio o zona periférica que determinará nuestro Arzobispo, Mons. Héctor Aguer.
La misión se desarrolló en una de las zonas más empobrecidas del Gran La Plata. Allí ejerció su Sacerdocio, durante 40 años, el recordado padre Pascual Ruberto (1919 – 1992); apóstol de la justicia social, sin ideología, que tanto hiciera por la fe y la promoción humana de los obreros. Las sucesivas crisis del país contribuyeron a la marginalidad de la zona; que hoy cuenta con elevados índices de pobreza, exclusión, violencia y semianalfabetismo.
Desde hace más de un lustro, la Arquidiócesis platense realiza su Misión Juvenil, entre los últimos días de enero y los primeros días de febrero, en barrios y zonas periféricas. Y, como conclusión de las mismas, se fundan parroquias, capillas o centros misioneros.
Así, por ejemplo, el 25 de febrero de 2011, al cabo de la misión, se fundó la parroquia Beata María Ludovica de Angelis, en la zona de la bajada de la autopista Buenos Aires – La Plata. Y el 9 de febrero de 2013, se hizo lo propio con la parroquia Santos Mártires Inocentes, en el barrio obrero «5 de Mayo», de Cambaceres, Ensenada.
Además del rencuentro con Cristo de muchas personas, y el impulso apostólico que deja en los distintos lugares, la Misión constituye un espacio de crecimiento y maduración en la fe de los propios misioneros. Por ese motivo, en su seno, nacen, se desarrollan y maduran varias vocaciones sacerdotales, religiosas, y laicales.
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