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Mons. Aguer admitirá a seis seminaristas como candidatos al Orden Sagrado.

El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, admitirá el próximo 11 de mayo (Domingo del Buen Pastor), en la Catedral, a las 20, a seis seminaristas como candidatos al Orden Sagrado. Todos ellos se encuentran cursando el quinto año (Primero de Teología) del Seminario Mayor San José de La Plata.
Los jóvenes son Daniel Bonifacio Rossi, Julio Gutiérrez, Gonzalo Huarte, Luis Montesano, Carlos Reyes Toso, y Carlos Rivero Cecenarro; y tienen entre 24 y 31 años. Uno de ellos es Doctor en Leyes, y otro Licenciado en Filosofía. Los demás iniciaron estudios universitarios de Historia e Informática, entre otros; y los dejaron al descubir su vocación.
Los Admitidos serán instituidos como Lectores por el propio Mons. Aguer, también en la Catedral, a las 20, el próximo Domingo 18 de mayo; día en que se cumplirán 94 años del nacimiento de San Juan Pablo II. Ese mismo día, el seminarista Juan Luis Lucero (Tercer año de Teología), será instituido como Acólito.

Significación eclesial

Según las normas que regulan los ministerios eclesiásticos, la Admision corresponde a quienes piden a la Iglesia ser admitidos como candidatos al Orden Sagrado. Ellos expresan públicamente su deseo de entregarse al servicio de Dios y de los hermanos; y, a partir de ese día, llevan como distintivo sotana o traje eclesiástico.
Los admitidos son alentados por el propio Obispo a continuar con su preparación, en el Seminario. Y concluir, del mejor modo, su formación teológica. Para su Ordenación será necesario que sepan vivir de acuerdo con las exigencias y consejos del Evangelio, que se afiancen en la práctica de la fe, la esperanza y la caridad; y, por medio de la práctica de ellas, fortalezcan el espíritu de oración y su voluntad de ganar a todos los hombres para Cristo

Ministerios de Lector y Acólito

Como consecuencia de la reforma litúrgica, a través del motuo proprio Ministeria quaedam (Algunos ministerios), el Siervo de Dios, papa Pablo VI, el 15 de Agosto de 1972, estableció el Lectorado y el Acolitado, como ministerios instituidos.
Es oficio propio de los Lectores servir a la Palabra de Dios. En el rito formal de su institución, el Obispo le da la Biblia a cada candidato y le dice: «Recibe el libro de la Sagrada Escritura y trasmite fielmente la Palabra de Dios, para que sea cada día más viva y eficaz en los corazones del Pueblo de Dios».
Por su parte, es oficio propio de los Acólitos cuidar del servicio del altar; ayudar al Diácono y al Sacerdote en las acciones litúrgicas, especialmente en la celebración de la Misa, y distribuir la Sagrada Comunión, como ministro extraordinario. En idénticas condiciones puede exponer públicamente el Santísimo Sacramento a la adoración de los fieles, y podrá luego reservarlo; pero no puede dar la bendición.

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