Mons. Aguer admitió al seminarista Alemán como candidato al Orden Sagrado.

En la Santa Misa de Admisión de Santiago Alemán, como candidato al Orden Sagrado, el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, al comentar el Evangelio de la fiesta de San Matías (Jn 15, 9 – 17), exhortó a los seminaristas «a permanecer en el amor de Cristo. Como a Matías, primero discípulo y luego apóstol, es Cristo quien nos elige. Y solo podemos responderle plenamente, desde la docilidad a su amor».
En la celebración, realizada en la Iglesia del Seminario mayor San José, el prelado platense hizo referencia al comentario de San Juan Crisóstomo sobre el pasaje de los Hechos de los Apóstoles (1, 15 – 17. 20 – 26). Y dijo que «en la elección de Matías se consideró que estuvo en compañía de Jesús, durante todo su ministerio público. Ello demuestra que toda vocación, nace y madura en la intimidad con el Señor. En el Seminario, sin duda, la formación intelectual y las otras dimensiones formativas son muy importantes. Pero lo principal es crecer en la intimidad con Cristo, configurarse con Él, y llegar a ser, así, un Sacerdote perseverante en su Amor».
Alemán, de 22 años, procede de una familia numerosa de City Bell; y su parroquia de origen es Sagrado Corazón de Jesús, de la misma localidad. Hizo sus estudios primarios y secundarios en los colegios «Ceferino Namuncurá» y «Padre José Dardi», dependientes de la parroquia. Está en primer año de Teología, y desarrolla su apostolado en el Hospital de Niños «Sor María Ludovica». En fecha próxima recibirá, también, el ministerio del Lectorado.
Con la Admisión, los candidatos al Orden Sagrado expresan públicamente su deseo de entregarse al servicio de Dios y de los hermanos. Y de seguir preparándose para aprender a vivir de acuerdo con las exigencias del Evangelio. Con la práctica de la fe, la esperanza y la caridad, adquieren el espíritu de oración, y se fortalecen en la voluntad de ganar a todos los hombres para Cristo.
El Lector se nutre de la Palabra de Dios, y proclama la Palabra en la asamblea litúrgica. Educa en la fe y para la digna recepción de los sacramentos, a los niños y adultos. Y anuncia la Buena Noticia de la Salvación a quienes todavía la desconocen.