Mons. Aguer se refirió a una representación de «Julio César», en el teatro Colón.
El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, se refirió en una Carta de Lectores enviada el 15 de junio al diario La Nación, que no fue publicada, a una representación de la ópera Julio César, en el teatro Colón. Este es el texto de su escrito:
«He tenido el privilegio de asistir en el Teatro Colón a una de las representaciones de Julio César, la ópera de Georg Friedrich Händel. Una versión musicalmente extraordinaria en la que sobresalió la actuación admirable de los contratenores, en especial la del protagonista, Franco Fagioli. Lo mismo me atrevo a decir de la coprotagonista, Amanda Majeski, y de Adriana Mastrángelo. Lamentablemente cunde, entre los directores de escena, por lo general jóvenes, la manía de actualizar la régie. Así se vio a César llegar en avión y a Cleopatra lucir una mínima bikini. Lo mismo vale para la escena en el serrallo de Tolomeo, en el último acto. Además, todo el tiempo, movimientos ridículos del cuerpo de baile, vestimenta extravange inidentificable con época alguna, armas de fuego y tiros. ¡Vaya ingenio, que no habrá sido precisamente barato!. Hay rasgos irónicos y aun cómicos en Julio César, pero se trata de una ópera seria del siglo XVIII. En mi opinión de aficionado, estos aspectos de los que me quejo constituyen un verdadero mamarracho. ¡Qué pena: no podemos preguntarle a Händel su juicio sobre semejantes desafueros!. Los directores de escena se adueñan de lo que no les pertenece».
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