En la fiesta del Inmigrante, el Arzobispo propuso seguir alimentando la Fe «para que en Berisso no haya excluidos, sino hermanos apreciados y promovidos»
Este sábado, el Arzobispo Víctor Fernández, acogiendo la invitación del intendente de Berisso, Fabián Cagliardi, presidió la celebración del inmigrante, que es una fiesta característica de la ciudad.
Durante la celebración, Mons. Fernández recordó la riqueza propia de una ciudad hecha de inmigrantes de lugares tan diferentes y distantes del mundo, que recoge tantas historias, algunas contadas, otras secretas. “No es lo mismo Ucrania que Italia, Perú que Paraguay. Pero en Berisso las distintas tradiciones de esos países se valoran y se integran sin tensiones”, reflexionó el arzobispo, quien además aclaró que “parece que en Berisso se concretara esa unidad que propone el Papa Francisco cuando habla del ‘poliedro’”.
No obstante, instó a seguir creciendo en este espíritu de fraternidad en la diversidad, alimentando la pasión de encontrarse, de conversar, de compartir. Al mismo tiempo invitó a orar para pedir paz, trabajo, salud y prosperidad, y propuso seguir alimentando la fe “que nos ayuda a mirarnos unos a otros de otra manera, valorando la dignidad que Dios da a cada uno, para que en Berisso no haya excluidos sino hermanos apreciados y promovidos”.
“El Espíritu Santo, que en pentecostés permitió que personas de distintas lenguas pudieran entenderse, nos ayudará a alimentar el fuego de la fraternidad”, añadió.
Posteriormente, cada una de las colectividades realizó una oración y presentó una ofrenda.
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