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Una vez más, multitudinaria participación de la Iglesia platense en la «Marcha por la Vida».

La compacta columna recorrió desde la plaza de Mayo hasta el Congreso.

 

Destacada presencia de las parroquias periféricas.

 

Nuevamente el bebito platense de «Elegimos la Vida» fue uno de los protagonistas.

 

Familias numerosas, esperanza de la Iglesia y de la Patria.

 

Militantes de la Vida, en la familia, «Iglesia doméstica».

 

Llenas de Cristo, monjas guardianas de la vida más indefensa.

 

La nueva mayoría; la de los jóvenes provida.

 

«Salvar las dos vidas»; para no sucumbir ante la anticultura de la muerte.

 

   Una vez más, la Iglesia platense dio un contundente «sí a la vida, y no al aborto», con la multitudinaria participación de sus fieles en la Marcha por la Vida, que se realizó este Domingo de Pentecostés, 20 de Mayo, en la ciudad de Buenos Aires. Desde muy temprano, decenas de micros partieron desde las distintas parroquias, grupos y movimientos. Igualmente, largas filas de autos particulares cubrieron la autopista La Plata – Buenos Aires. Otros fieles recurrieron al trasporte público, desde el ferrocarril La Plata – Buenos Aires, o micros privados.
       En respuesta a la convocatoria del Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer; quien en reiteradas ocasiones invitó a la Arquidiócesis a participar de la Marcha, y hacer oír su voz por los medios de comunicación, las redes sociales y todos los demás foros y espacios públicos, miles de católicos procedentes de los cinco partidos que integran la Arquidiócesis (La Plata, Berisso, Ensenada, Magdalena y Punta Indio) aportaron su compromiso, militancia y valentía en la compacta columna que cubrió desde la plaza de Mayo hasta el Congreso. Muy significativa fue la presencia de las parroquias de los barrios periféricos; de las zonas más pobres de los distintos distritos.
Los pobres sabemos que la Vida es riqueza
     María Rosa, una septuagenaria de Berisso que participó con sus cinco hijos, y 16 nietos de la marcha, afirmó que «me da mucho dolor e impotencia que se usen a las mujeres pobres para querer legalizar el abominable crimen del aborto. Los pobres, en particular los pobres creyentes, sabemos que la Vida es nuestra riqueza. Y sabemos, por experiencia, que cuanto más generosos somos con la vida, cuantos más hijos tenemos, más generoso es Dios con nosotros. Esto no es una campaña contra la pobreza; es una guerra contra los pobres… Por eso, estoy honrada de participar en esta marcha. Y estoy muy feliz porque mi Obispo y mis sacerdotes nos acompañan como verdaderos padres».
      Por su parte, Gabriel, un adicto en recuperación en uno de los centros de la Iglesia platense, dijo que «hemos venido con varios compañeros que nos estamos recuperando de la droga. Los que nos llenaron de droga, ahora nos quieren llenar de aborto… Es patético ver cómo los gobernantes, y los poderosos nos han declarado la guerra a los más débiles… ¡No somos descartables!. ¡En nuestro caso, somos hijos equivocados que, de a poco, estamos retornando al Padre (Lc 15, 11 – 32)».
      A su turno, Oscar y Rita, padres de cinco hijos, que viven en Villa Elisa, subrayaron que «nosotros tenemos siete hijos, cinco con nosotros, y dos en el Cielo… Sabemos, como padres, lo que es perder a dos hijos antes de nacer. Y tenemos experiencia -porque no nos sobra el dinero, ni mucho menos- de cómo Dios agranda la olla en todos los momentos. Todo niño es una bendición, y nunca una maldición».
Corpus Christi, y la Vida en abundancia 
      La Arquidiócesis de La Plata celebrará el próximo sábado 2 de junio Corpus Christi, en clave de defensa de la Vida en abundancia (Jn 10, 10), que nos trajo Cristo. Mons. Aguer invitó a toda la feligresía a la Santa Misa que se celebrará a las 15, en la Catedral. Posteriormente, la procesión con el Santísimo Sacramento recorrerá distintas calles del centro platense, y concluirá con la Bendición Solemne en la Catedral.
      La procesión pasará por diferentes instituciones oficiales; entre ellas, el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, en calle 51 Nº 1120. Se invocará, entonces, para que los gobernantes defiendan la vida más débil e inocente: la de los niños por nacer. Y, por supuesto, la de los pobres, los excluidos y los ancianos; y todos los que sufren las políticas antivida y antifamilia.

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