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Tres Puntitos del quinto domingo de Cuaresma

Domingo 5º Cuaresma Ciclo B. 17 de marzo de 2024

Primera lectura: Jer 31,31-34

Salmo: Sal 50,3-4.12-15

Segunda lectura: Heb 5,7-9

Evangelio: Jn 12,20-33

         El evangelio de este Domingo está tomado del capítulo 12 de Juan. Estamos en el final del libro de los signos, dando paso al libro de la hora que comienza en el capítulo 13. Todo este capítulo 12 de forma puntual quiere mostrar que la glorificación de Cristo se realiza mediante la muerte. A primera vista pareciera que el texto presenta diversos elementos un poco dispersos. Sin embargo, hay cierta relación y se lo puede estructurar de diversas formas.

Aquí propongo una división en tres partes:

1.     Vv. 20-22: el deseo de acceder a Cristo.

2.     Vv. 23-26: el precio que se paga para acceder a Cristo.

3.     Vv. 27-33: posibilidad de acceso a Cristo glorificado.

La temática del acceso a Cristo glorificado, “en” y “por” la fe, es una constante que puede ayudarnos a sintetizar todo el relato. En este marco, propongo tres puntos para orar y llevar la Palabra a nuestra vida sintetizados en tres palabras: DESEO, FECUNDIDAD, DISCIPULADO.

1.     DESEO: ¡Queremos ver a Jesús!

2.     FECUNDIDAD: ¡Si el grano muere da mucho fruto!

3.     DISCIPULADO: ¡Seguir y servir al Señor!

1.     DESEO: ¡Queremos ver a Jesús!

La expresión de DESEO hace referencia a la fe: querer ver es querer creer. Refleja con claridad la actitud del creyente que busca acercarse al misterio de Dios, que tiene DESEO de los caminos de la fe. La podemos tomar desde dos lugares: ubicándonos desde la perspectiva de los griegos que la pronuncian o, de Felipe que la escucha. En el primer caso nos preguntamos si somos discípulos en constante búsqueda, si realmente anhelamos, DESEAMOS ver a Jesús que es lo mismo que creer en Jesús. En el segundo caso buscamos responder al clamor de nuestros contemporáneos que buscan, muchas veces a tientas, creer en Jesús, que tienen DESEO de su presencia. Como Felipe y con Andrés, es decir en la comunidad cristiana, debemos acercar a todos los seres humanos al Señor. En esto consiste la misión. Este es el pedido del Papa Francisco de ir a las periferias geográficas y existenciales.

¿Quiero ver a Jesús? ¿DESEO su presencia en mi vida? ¿Pongo los medios para acrecentar cada día más mi fe en Él? ¿Estoy en búsqueda sostenida del rostro del Señor? ¿Cómo reacciono ante el que “quiere ver a Jesús”? ¿Soy capaz de escuchar el clamor de nuestros contemporáneos, a veces confuso y hasta contradictorio, que quieren entrar en el camino de la fe? ¿Les “muestro” a Jesús? ¿Los llevo, los acerco al Señor?

2.     FECUNDIDAD: ¡Si el grano muere da mucho fruto!

En el centro de la segunda parte del relato se nos presenta esta pequeña parábola sobre el grano de trigo. Es una clara alusión a la muerte redentora de Cristo. Este es el precio de la salvación: muerte en la cruz del Señor que nos redime. Queda bien expresada la FECUNDIDAD de la muerte de Cristo, la FECUNDIDAD de su entrega. Esta FECUNDIDAD se da también místicamente en nuestros pequeños y grandes sufrimientos ofrecidos al Señor. Lo que aparentemente sería fracaso, la muerte del grano, en realidad es el signo de la victoria, es FECUNDIDAD. El fracaso sería que el grano no muera. Así se da en Cristo y nos salva; así se da en nuestra vida y somos capaces de integrar la cruz y el sufrimiento como parte de nuestra existencia. Para el que tiene fe la muerte es vida, es el precio para acceder a Cristo y la Vida en abundancia que nos trae.

Desde mi fe: ¿Veo en la Cruz de Cristo la victoria y la FECUNDIDAD? Mirando la vida terrena del Señor: ¿Acepto realmente que el grano muera para que de fruto? ¿Capto que esta misma dinámica, de aparente muerte que da lugar a la vida, se da también en la existencia humana? ¿Cuáles han sido o son mis experiencias de «grano que muere» para dar fruto? ¿He dado realmente fruto o me he quedado solo con el sabor amargo de lo que he tenido o tengo que sufrir? ¿Tengo miedo a “morir” sabiendo que en realidad es muerte para la vida, para la FECUNDIDAD? ¿A qué cosas debo morir hoy para que se cumpla en mí lo que nos enseña esta Palabra del Señor? ¿Le tengo miedo al fracaso; ¿al fracaso real, al fracaso aparente?

3.     DISCIPULADO: ¡Seguir y servir al Señor!

Aparecen dos verbos que expresan la realidad del que quiera ser verdadero DISCÍPULO: servir y seguirseguir y servir. Ambos expresan la identidad del verdadero cristiano. Si cultivamos este doble movimiento estaremos siempre con Jesús y seremos honrados por el Padre en un verdadero camino de DISCIPULADO. Este tiempo final de la cuaresma, itinerario a la Pascua, es una excelente posibilidad para crecer en nuestro camino de servicio y seguimiento como DISCÍPULOS del Señor.

¿Estoy realmente decidido a seguir al Señor y ser su auténtico servidor? ¿Cómo puedo mejorar mi «DISCIPULADO cotidiano» del Señor? ¿En qué debo crecer en este sentido: oración, vida sacramental, verdadera piedad, sincera religiosidad…? ¿Cómo son mis actitudes de servicio, de entrega a los hermanos? Estas actitudes: ¿Se fundamentan en Cristo y las realizo con alegría…?; ¿o vivo quejándome por todo lo que tengo que hacer por los demás? ¿Experimento por Él, con Él y en Él la alegría de ser un servidor?

+Mons. Gabriel Mestre
Arzobispo de La Plata
Argentina

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