Peregrinación del Clero arquidiocesano de La Plata a Luján y visita del Arzobispo a Baradero
El jueves 14 de noviembre, el clero de la Arquidiócesis de La Plata realizó la tradicional peregrinación a la Virgen de Luján para pedir por la santificación de los sacerdotes y por la obra evangelizadora de la Arquidiócesis. En tanto que, durante el viernes 15, Mons. Fernández administró el sacramento de la confirmación a alumnos de colegios rurales en la localidad de Baradero.
En Luján, el Arzobispo Víctor Manuel Fernández insistió a los sacerdotes sobre la “necesidad de confiar en el Reino de Dios que ya está presente y actuando: ´El Reino de Dios está entre ustedes’ dijo Jesús, y no es un mensaje abstracto o un mero idealismo. Es la realidad. El Reino está presente aún en los momentos duros, fracasos y malas experiencias. Porque tiene otra lógica. No lo podemos medir con los criterios del eficientismo terreno. De eso con el tiempo no queda nada. Cuando perdemos la confianza en esa potencia secreta del Reino que actúa a través de nuestra entrega, al mismo tiempo perdemos las ganas de trabajar y terminamos haciendo lo mínimo”.
“Pero el Reino también está creciendo, como la semilla, como el grano de mostaza. Y la Virgen nos acompaña porque ella sabe cómo crece el Reino. Ella vio crecer a Jesús y vio el cumplimiento de las promesas, pasando por la huida a Egipto, el desconcierto de buscar a Jesús perdido, el aparente fracaso de la Cruz. Y está con nosotros como en Cana, diciéndole a Jesús que nos falta el vino, o junto a la Cruz engendrando a los discípulos, o como en Pentecostés, ayudando en el nacimiento de la Iglesia misionera”, señaló Mons. Fernández.
En esa línea, el Arzobispo prosiguió: “Madre, te consagramos una vez más nuestro sacerdocio, venimos a renovar nuestra alianza con tu Hijo, alianza herida por nuestras infidelidades, mediocridades y falta de generosidad. Querida mamá, que quisiste quedarte con nosotros cuando te asentaste a orillas del río Luján, cuando recibías los peregrinos en tu capilla, junto al negro Manuel, y también hoy, que estás aquí”. “Nuestro amor se detiene ante ti, contempla el misterio en tu rostro de pobre, lo disfruta en el silencio. Confiamos en tu fuerza materna y te rogamos que nos hagas renacer una vez más para Cristo. Amén», finalizó Mons. Fernández.
Terminado el almuerzo con el clero, el Arzobispo se dirigió a la estancia que la Arquidiócesis posee en la localidad de Baradero para administrar la Confirmación en los colegios rurales del Arzobispado.
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