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Multitudinaria procesión de Corpus, y Misa de desagravio.

El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, encabezó una multitudinaria procesión de Corpus Christi, entre el Hospital de Niños «Sor María Ludovica», y la Catedral. Y, posteriormente, acompañado de su Obispo auxiliar, Mons. Nicolás Baísi, y el presbiterio diocesano, presidió la Misa de desagravio de la Catedral; profanada hace unos días, con la grabación de un vídeo de propaganda de un boliche gay platense. Miles de fieles formaron una compacta columna, de varias cuadras, y seguidamente colmaron el templo mayor de la ciudad.

«Todos debemos Adorar la Eucaristía»

En su homilía, Mons. Aguer, hizo un breve repaso de la historia de la solemnidad de Corpus, desde su establecimiento, en 1264, por el papa Urbano IV, y remarcó que «la Eucaristía nos fue dada para ser comida; es el pan de vida, el alimento celestial. Pero, también, nos fue dada para ser adorada. Todos podemos y debemos adorarla, aun aquellos católicos que por su situación canónica o espiritual, no están habilitados para comulgar. La presencia eucarística de Jesús procede del sacrificio de la Misa; por eso no hay que contraponer Misa y adoración, o contentarse solo con la participación en la Misa, y ser indiferente a la presencia del Señor en el sagrario».
Agregó el prelado platense que «la adoración solitaria y silenciosa puede alternar con la exposición, adoración y bendición que reúne a la comunidad de los fieles. No debemos olvidar nunca la dimensión comunitaria de la Eucaristía y su celebración: expresa la unidad de la Iglesia, Cuerpo místico de Cristo, que tiene su origen en el triunfo pascual del Resucitado, y su fuente de vida en el Cuerpo eucarístico del Señor».

Cómo recibir la Comunión

Seguidamente, Mons. Aguer, recordó -como enseña el Catecismo de la Iglesia Católica- que «quien tiene conciencia de estar en pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a comulgar… Quiero reiterar, de paso, en cuanto a la posición y al gesto, que hay varias maneras legítimas de comulgar: de pie o de rodillas, en la boca o en la mano. El Sacerdote no puede impedir que los fieles que así lo desean comulguen de rodillas. Más aún, sería oportuno disponer de un reclinatorio para que el gesto de arrodillarse resulte más fácil»

Profanación y blasfemia contra la Eucaristía

Antes de terminar, el prelado compartió «un comentario sobre el hecho penoso que ocurrió en esta Catedral hace unos días. Probablemente muchos de ustedes ya están informados. A causa de un descuido de la guardia, una mujer desvergonzada, vestida indecorosamente, y acompañada por otro personaje que parecía mujer, entró aquí a filmar un vídeo en el que baila y canta; se atrevió a entrar en un confesionario en son de burla, y blasfemó contra la Santísima Eucaristía, remedando la comunión y expresándose de un modo gravísimamente escandaloso».
Agregó que «según he oído decir, la filmación estaba destinada a un ‘boliche gay’ de la ciudad. Ahora resultan normales esas abominaciones amparadas por las leyes. Además, mucha gente pudo acceder a la cosa por internet.
«Ofrezcamos -concluyó- el Santo Sacrificio de la Misa en reparación y desagravio por la profanación del templo, y por las blasfemias proferidas. Dediquemos, asimismo, al Señor, la procesión de la que hemos participado, como gesto de amor y de entrega confiada, incondicional. Recemos mucho, también, por esas personas descaminadas, depravadas, para que Jesús les toque el corazón y las convierta; todo es posible para su omnipotencia y su misericordia».

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