Mons. Aguer bendijo una ermita de la Virgen de Luján, en Villa Tranquila, de Ensenada.
El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, bendijo este 20 de Mayo, Domingo de Pentecostés, una ermita de la Virgen de Luján, en la zona más pobre de Villa Tranquila, en la periferia de Ensenada. La imagen fue donada por la Agrupación Motociclistas Peregrinos, integrada por efectivos en actividad y retirados de la Policía Federal Argentina; y la construcción de la obra fue realizada íntegramente por feligreses paraguayos de la zona.
Concelebró con el prelado platense el párroco de Sagrado Corazón de Jesús, de Cambaceres, padre Christian Viña. Y participaron de la Santa Misa los Caballeros del Altar, las Damas de la Sacristía, los miembros del grupo Novios y esposos en Cristo; y numerosos miembros de los Motociclistas Peregrinos llegados desde la Capital Federal, el Gran Buenos Aires, y distintas zonas de la provincia.
En su homilía, Mons. Aguer puso de relieve que «el Espíritu Santo, viento y fuego, como a la Iglesia naciente, nos impulsa a dar testimonio de Cristo; y a ser, desde el Corazón de Jesús, ardiente hoguera de caridad. Con esta obra que ustedes han realizado están dando testimonio de su catolicismo practicante. ¡Esta ermita, con el tiempo, deberá trasformarse en una capilla; para que toda esta zona del barrio, toda esta periferia, se congregue a escuchar la Palabra de Dios, a celebrar la Eucaristía y anunciar a todos la Buena Noticia…!».
Sostuvo, a continuación, que «mientras venía hacia aquí estuve viendo todas las casas que, con enorme sacrificio, se están construyendo. Los paraguayos son trabajadores; y emociona ver cómo, poco a poco, con mucho esfuerzo, levantan sus casas de material. ¡A seguir construyendo, ahora, el edificio espiritual del barrio!».
Se refirió, también, «a las dificultades que estamos viviendo en el país. ¿Quién tiene la culpa de lo que nos pasa?: ¿el gobierno?, claro que sí; ¿el gobierno anterior?, por supuesto que también. Además es la culpa de nuestra propia historia argentina. En una palabra, del pecado individual, y de las estructuras de pecado».
Finalmente, Mons. Aguer, hizo votos «para que este sea un lugar de paz, y de progreso; de la mano de Jesús y de María… Estamos preocupados, también, por la situación del Astillero Río Santiago. Sabemos de las dificultades que existen. Pero, por supuesto, hay que salvar la fuente de trabajo de la que viven más de cuatro mil familias. Y generar, también allí, un polo de desarrollo para el trasporte fluvial y marítimo argentino».
Concluida la Santa Misa, los fieles presentes le cantaron a Mons. Aguer el Feliz Cumpleaños por adelantado; ya que los cumplirá el próximo jueves 24, fiesta de María Auxiliadora. Muy emocionado por la espontánea demostración, el prelado platense alentó a los presentes a ser «auténticos apóstoles de Cristo; enamorados de la Vida en abundancia».
En nombre de la institución donante, Eduardo Mujica, titular de los Motocilistas Peregrinos agradeció la presencia del Arzobispo, y su permanente defensa de los más débiles de la sociedad. Hicieron lo propio distintos empleados del Astillero; del que Mons. Aguer, por pedido de los trabajadores, fue designado Padrino.
Comentarios recientes