Los Tres Puntitos del Domingo de la Ascensión del Señor
Primera lectura: Hch 1,1-11
Salmo: Sal 46,2-3.6-9
Segunda lectura: Ef 1,17-23 o bien Ef 4,1-13 o bien Ef 4,1-6.11-13
Evangelio: Mc 16,15-20
Este Domingo celebramos la Solemnidad de la Ascensión del Señor. Siguiendo los detalles que nos narra la cronología particular del Evangelio de Lucas y del Libro de los Hechos, luego de las apariciones a sus discípulos, el Señor Resucitado, con su Cuerpo Glorioso sube al Cielo. Así lo celebramos en la Liturgia de la Iglesia Católica.
A la luz de este Misterio de la vida de Jesús, bien relatado en la primera lectura, y también mencionado en el Evangelio de Marcos de este Domingo, propongo estos tres puntos de meditación sintetizados en tres palabras: DESPEGAR, ATERRIZAR, PASCUALIZAR.
1. Con Cristo DESPEGAR de la mundanidad y del horizontalismo
2. Con Cristo ATERRIZAR en el mundo y en la historia
3. Con Cristo PASCUALIZAR nuestra existencia
1. Con Cristo DESPEGAR de la mundanidad y del horizontalismo
A pesar de la fuerza de la resurrección, en este misterio que celebramos, los discípulos todavía están pensando con las categorías del mundo. Especulan una restauración política de Israel y no en perspectiva de vida eterna. Les cuesta DESPEGAR y abrirse al Cielo. Todavía no entendieron que el Reino de Jesús no es de este mundo. Es una revolución, pero una revolución espiritual que tiene como signo distintivo el amor, es la revolución de la misericordia y la ternura, como tantas veces nos recuerda el querido Papa Francisco. Los discípulos están con un pensamiento solo intramundano que no les permite DESPEGAR hacia la dinámica del Cielo. Este puede ser uno de los errores de nuestra fe también hoy. Sucumbir a la tentación de la mundanización o mundanidad de la fe y de la vida de Iglesia y no DESPEGAR a la visión de la eternidad.
¿Estoy muy atado a los criterios del mundo? ¿Busco DESPEGAR en perspectiva de vida eterna? Siendo cristiano: ¿Vivo mi existencia religiosa con criterios espirituales y de fe o tiendo a verlo todo con solo categorías humanas, sociales y políticas? ¿No se da muchas veces una suerte de “mundanización” de nuestra vida eclesial y comunitaria? ¿Hay tendencia restauracionista mundana en mi vivencia de mi fe?
2. Con Cristo ATERRIZAR en el mundo y en la historia
En este punto revisamos la actitud contraria al anterior. Esto también se da en los discípulos. Se quedan mirando al Cielo de forma estupefacta sin comprometerse con las realidades de la tierra y de la historia que les toca vivir, no logran ATERRIZAR el mensaje y los valores esenciales del Evangelio. La fe cristiana en su esencia asume el tiempo, la realidad y la historia para llevarlas justamente al Cielo; es decir, darles un sentido pleno desde Dios. Por eso, a la vez que despegamos, siempre tenemos que estar atentos para ATERRIZAR y no evadirnos, no escaparnos, no fugarnos del mundo. Mientras transitamos esta historia no podemos dejar de comprometernos con las realidades de esta tierra. Si el mirar al Cielo nos quita del compromiso con la tierra significa que no estamos mirando con los ojos de Dios. Dios mira la tierra y asume las realidades de la tierra y nos compromete como evangelizadores para que su Palabra ATERRICE de modo concreto y puntual en el mundo y en la historia.
¿Asumo, desde Dios, la realidad concreta de mi historia? ¿Intento ATERRIZAR el mensaje del Evangelio y sus valores en la vida cotidiana? ¿Busco transformar desde el Señor las realidades históricas de mi existencia: Familia, amigos, ambiente…? ¿Tiendo a quedarme mirando el cielo sin comprometerme con las realidades de esta tierra? ¿Qué puedo hacer hoy para que la Palabra de Dios ATERRICE lo mejor posible en la desafiante cultura contemporánea?
3. Con Cristo PASCUALIZAR nuestra existencia
El paso, la PASCUA total de Cristo, que desde el seno de la Trinidad se encarna, muere, resucita y hoy asciende al Padre, cierra el circuito cristológico de nuestra fe. Toda su vida es paso, es PASCUA que nos permite PASCUALIZAR nuestra existencia. Al celebrar el misterio de la Ascensión, nosotros debemos dejar que Cristo PASCUALICE nuestra vida. A los discípulos les costaba integrar vitalmente la PASCUA en su corazón y en sus realidades cotidianas. A nosotros nos suele pasar lo mismo. Para lograr el equilibrio entre Cielo y tierra debemos dejar que el Señor muerto y resucitado que asciende a los Cielos, pueda PASCUALIZAR nuestra existencia si realmente lo dejamos actuar entrando en nuestros corazones. ¡Qué nuestra PASCUA no sea teórica o de cotillón! ¡Qué nuestra PASCUA sea realmente ungida, sea totalmente crística y toque realmente todos los ámbitos de la vida! Dejarnos PASCUALIZAR para potenciar lo bueno que tenemos con el poder de Dios. También dejarnos PASCUALIZAR para que lo malo que pueda haber en nosotros sea purificado por la gracia del Señor. Cristo que asciende a los Cielos nos da las fuerzas para que siempre PASCUALICEMOS la vida y la historia. ¡Desde la PASCUA de Cristo y con su gracia, dejémonos PASCUALIZAR y PASCUALICEMOS a nuestros hermanos!
¿Qué implica para mí hoy PASCUALIZAR mi existencia? ¿Qué aspectos de mi vida deben ser “tocados vitalmente” por la PASCUA del Señor? En mi experiencia cotidiana de fe: ¿Busco equilibrar “Cielo y tierra”; oración y compromiso; vida espiritual y tareas apostólicas? ¿A quiénes deberá anunciar de modo particular la PASCUA del Señor? ¿Cómo puedo ayudar a PASCUALIZAR los ambientes de la vida secular?
+Mons. Gabriel Mestre
Arzobispo de La Plata
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