Skip to content

Los Tres puntitos del Arzobispo Gabriel para este domingo 18 de febrero

Domingo 1º Cuaresma Ciclo B. 18 de febrero de 2024

Primera lectura: Gn 9,8-15

Salmo: Sal 24,4-5b.6.7b-9

Segunda lectura: 1Ped 3,18-22

Evangelio: Mc 1,12-15

            Una vez más estamos comenzando el santo tiempo de la Cuaresma. Tiempo de gracia y conversión, tiempo propicio para dejarse reconciliar con el Señor. Como todos los años el primer Domingo nos presenta el relato de las tentaciones del Señor en el desierto. En este ciclo B contemplamos el texto de Mc. A diferencia de Mt y Lc, Mc narra este episodio de manera muy breve. Solo en 2 versículos (12-13); los otros dos evangelistas lo desarrollan en más de 10 versículos cada uno. Este año, tenemos una buena oportunidad para concentrarnos en la totalidad del misterio de la tentación según las breves referencias de Mc. Hoy no nos detenernos en los detalles que Mt y Lc nos regalan para meditar en los ciclos A y C respectivamente.

            Propongo entonces, en primer lugar, cinco aclaraciones catequísticas y tres puntos para orar con el Señor. Luego tres puntos para meditar con algunas preguntas para reflexionar y cuatro textos bíblicos más que iluminan la temática de la tentación.

CINCO ACLARACIONES CATEQUÍSTICAS:

1.      Diferenciar la tentación de la prueba.

La tentación es una seducción directa o indirecta del diablo o satanás que busca apartarnos del camino de Dios. La prueba es alguna dificultad o cruz que el Señor misteriosamente permite en nuestra vida, pero no para apartarnos de su camino, sino para fortalecernos en nuestro itinerario de fe. Dios no tienta a nadie, sino que permite la prueba para que crezcamos espiritualmente. Se puede dar la dificultad de que un mismo acontecimiento difícil de nuestra vida tenga su aspecto de tentación y su dinámica de prueba.

2.      Diferenciar la tentación del pecado.

La tentación está en la dinámica del sentir y el pecado en el consentir. El pecado es sucumbir a la tentación, es caer en ella. Si la tentación fuera pecado Jesús sería un pecador y esto es una herejía dado que en el Señor no hay pecado. La tentación, si no es superada, nos lleva al pecado. Pero en sí misma no es pecado.

3.      Cristo es tentado muchas veces a lo largo de toda su vida terrena y no solamente en este episodio que hoy contemplamos.

A veces se piensa equivocadamente que las tentaciones de Jesús se reducen a estos cuarenta días en el desierto. El Señor fue tentado muchas veces a lo largo de su vida. Algunas nos las narra la misma Palabra de Dios escrita: cuando lo quieren proclamar rey porque realiza muchos signos (cf. Jn 6,15), cuando lo quieren apartar del camino de la cruz (cf. Mt 16,21-23), cuando le piden que baje de la cruz para creer (cf. Mc 15,29-32). La tentación es parte de la vida del Señor… Lo mismo nos ocurre a nosotros: en todas las etapas, incluso en la madurez humana y espiritual, la tentación está presente. Hasta el último suspiro de nuestra vida en esta tierra la tentación estará presente de una u otra forma.

4.      La tentación se puede dar en todos los ámbitos de la vida.

A veces se reduce la palabra tentación solo a lo que tiene que ver con la sexualidad, es decir referidas al sexto y noveno mandamiento. Se puede ser tentado en todos los ámbitos de la vida: la vida relacional, la economía, la familia, la sexualidad, en la misma religiosidad. Caer en la tentación, sucumbir a la tentación se traduce en pecados concretos que tiene que ver con la mentira, la crítica despiadada, el deseo de venganza, la mediocridad, la falta de perdón, la hipocresía religiosa, la impureza, el resentimiento, el individualismo, la venganza, la superficialidad, el odio, la indiferencia, el chusmerío barato, etc.

5.      Las tentaciones sutiles suelen ser las más difíciles de rechazar.

Muchas veces las personas se concentran solo en las tentaciones más grotescas y groseras de la vida. Por ejemplo: mentir de forma descarada, desórdenes sexuales muy evidentes, robar de manera desvergonzada, etc. Obviamente que no está mal concentrarse en estos aspectos. Sin embargo, algunas veces, teniendo la gracia de estar bien en estos temas, se pierde la positiva tensión y no se revisan otros ámbitos de la vida donde el diablo puede tentar de forma más sutil. Por ejemplo en el desaliento y el desánimo, la falta de compromiso, el miedo a afrontar las diversas circunstancias de la vida, el cultivo de la tristeza, el excesivo perfeccionismo que no respeta los tiempos de las personas y grupos, etc.

TRES PUNTOS PARA MEDITAR:

1.      La tentación en mi vida.

¿Cuáles son o pueden ser mis tentaciones hoy? ¿En qué ámbito de mi vida puedo estar siendo tentado yo en este momento? Diagnosticar con serenidad y responsabilidad las mociones del Espíritu en la realidad de nuestra vida. Recordemos que satanás es muy hábil y busca de forma muy sutil apartarnos del bien, de la verdad y la belleza del Evangelio.

2.      Contemplar a Cristo que vence la tentación.

¡Cristo es tentado, Cristo vence la tentación! No nos concentremos solo en que el Señor es tentado, animémonos a contemplar el triunfo de Jesús sobre la tentación. Dice San Agustín: ¿Te fijas en que Cristo fue tentado, y no te fijas en que venció la tentación? Reconócete a ti mismo tentado en Él, y reconócete también a ti mismo victorioso en Él. Hubiera podido impedir la acción tentadora del Diablo; pero entonces tú, que estás sujeto a la tentación, no hubieras aprendido de Él a vencerla.

3.      Por Cristo, con Cristo y en Cristo vencer la tentación.

Solo por Él, con Él y en Él, seremos capaces de vencer las pequeñas o grandes tentaciones de nuestra vida. Que todas las prácticas cuaresmales estén orientadas a reconocer la tentación y a triunfar en Cristo. Cada Misa, la confesión sacramental, cada vía crucis, la abstinencia, el ayuno y toda otra práctica religiosa de este tiempo debe unirnos profundamente a Cristo. Que el ejemplo de Cristo y, sobre todo la gracia del Señor, sean impulso para vencer las tentaciones de nuestro camino.

ALGUNAS PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR:

1.      ¿Capto el concepto de tentación? ¿Lo diferencio de la prueba que Dios permite en la vida para fortalecer el camino de fe de sus discípulos? ¿Descubro que la tentación viene de satanás y busca apartarme realmente del camino de Dios? ¿Entiendo que la tentación se puede dar en cualquier ámbito de la vida?

2.      ¿Dónde experimento con más claridad la tentación en mi vida hoy? ¿En qué ámbitos…? ¿En qué situaciones…? Pensar en la familia, los amigos, los grupos parroquiales y de movimientos, el ámbito laboral y/o estudiantil, el barrio o el edificio, los lugares de descanso y esparcimiento…

3.      ¿Doy gracias a Dios por su triunfo sobre el mal y el pecado venciendo la tentación? ¿Busco unirme a Cristo para vencer la tentación? ¿Encuentro en la gracia del Señor la fuerza necesaria para vencer toda tentación?

ALGUNOS TEXTOS DE LA PALABRA QUE ILUMINAN EL TEMA DE LA TENTACIÓN:

“No nos dejes caer en la tentación…” (Mt 6,13).

“Hasta ahora, ustedes no tuvieron tentaciones que superen sus fuerzas humanas. Dios es fiel, y él no permitirá que sean tentados más allá de sus fuerzas. Al contrario, en el momento de la tentación, les dará el medio de librarse de ella, y los ayudará a soportarla” (1Co 10,13).

“Hermanos, si alguien es sorprendido en alguna falta, ustedes, los que están animados por el Espíritu, corríjanlo con dulzura. Piensa que también tú puedes ser tentado” (Gal 6,1).

“Nadie, al ser tentado, diga que Dios lo tienta: Dios no puede ser tentado por el mal, ni tienta a nadie, sino que cada uno es tentado por su propia concupiscencia, que lo atrae y lo seduce” (Sant 1,13-14).

Mons. Gabriel Mestre
Arzobispo de La Plata

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *