“La Beata Ludovica de Angelis escuchó la voz del Señor que golpeaba a la puerta y ella se mantuvo haciendo el bien”

Congregación Hijas de la Misericordia, cuya fundadora fue la Beata María Ludovica.

El martes 25 de febrero, en el Hospital de Niños y la Iglesia Catedral, el Obispo Auxiliar de La Plata, Mons. Nicolás Baisi, presidió ambas celebraciones en virtud de recordar el 58° aniversario de la ascensión a los cielos de la Beata Sor María Ludovica.

En la Homilía, Mons. Baisi recordó a la Beata Ludovica como una mujer que “coronó de amor y ternura a tantos niños, que tantas veces fue la mano de Dios, la ternura de Dios, el amor de Dios hacia aquellos que sufren, hacia aquellos que tienen dolencias”.  “Ella las fue curando y rescatando tantas vidas de la oscuridad, del sepulcro, de la nada, de la soledad”, continuó expresando el obispo.

Asimismo, Mons. Baisi rememoró que la beata Ludovica fue llamada por Dios cuando estaba en su casa, en Italia, y de ahí se consagró como religiosa en las Hijas de la Misericordia. “Diríamos que fue llamada por la misericordia de Dios, llamada por el amor de Dios que es bondadoso y compasivo. Jesús entró en su corazón”.

“Es lindo pensar que acá, en la arquidiócesis, su obra perdura. Un Hospital que a pesar de ser público estaba y está fecundado con el amor del Evangelio, que nos muestra de ese modo como cuando uno sigue el Evangelio en cualquier lado donde se esté, se puede hacer el bien”, añadió el obispo auxiliar.

Además, Mons. Baisi expresó que “la beata Ludovica escuchó tantas veces el llamado a la puerta del Señor y siempre se mantuvo haciendo el bien. Dejó que el Señor entre su vida y es así como cada día la Beata Ludovica va entrando más en nuestras propias vidas y en nuestra arquidiócesis”.

“Ludovica, con su amor y su ternura, nos muestra el camino y nos ayuda a nosotros, que estamos en este mundo, a alcanzar la vida eterna”, finalizó Mons. Nicolás Baisi.

Al término de la Misa, jóvenes pertenecientes al grupo Filocalia realizaron una representación de cómo la Beata Ludovica, en aquellos tiempos, desempeñaba con gran entusiasmo y actitud servicial la labor en pos del cuidado de los niños que llegaban al hospital. Asimismo, fue formalmente inaugurada la exposición fotográfica de los vitrales que contienen algunos fragmentos de la vida de la Beata junto a los niños.