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Inmensa alegría en la Arquidiócesis por la ordenación de dos nuevos sacerdotes

El viernes 14 de junio, el Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de La Plata, Mons. Alberto Bochatey OSA, ordenó sacerdotes a los diáconos Ariel Ferrari Santiago Rocca, en la Misa que presidió en la Iglesia Catedral.

Concelebraron junto a Mons. Bochatey los obispos auxiliares, Mons. Jorge González Mons. Federico Wechsung, junto con todo el clero arquidiocesano y presbíteros de otras ciudades. También participaron diáconos, seminaristas, religiosas, religiosos y un grupo numeroso de fieles de diversas comunidades.

A la luz de los textos bíblicos, Mons. Bochatey se dirigió a los neo sacerdotes y les recordó: “Eligieron como primera lectura para esta santa Misa de ordenación sacerdotal, este texto de la primera carta a los Tesalonicenses, lleno de breves pero fundamentales consejos para un camino de vida»..

Luego, los instó a que “como sacerdotes, no extingan la acción del Espíritu; no desprecien las profecías; examínenlo todo y quédense con lo bueno. Cuídense del mal en todas sus formas. Muchas veces tendrán que tomar decisiones y, como nos lo pide el Papa Francisco, discernir con sabiduría y humildad sobre muchas situaciones y criterios. Quédense con lo bueno y aléjense del mal”.

“Consérvense irreprochables, lo que no significa que no se puedan equivocar o incluso, caer en pecado, pero salgan de esa situación cuánto antes, aceptando la corrección fraterna y pidiendo misericordia y perdón a Dios y a los hermanos.  Nunca pierdan la humildad y el espíritu de servicio.  Que el ser sacerdotes no se les suba a la cabeza, sino que les exija en santidad y mayor a amor a Dios y al prójimo”, enfatizó.

En otro de los pasajes de la homilía, el Administrador Apostólico subrayó que la santidad “es siempre la misma, si bien con diversas expresiones, pero el sacerdote debe tender a ella por un nuevo motivo: corresponder a la nueva gracia que le ha conformado para representar a la persona de Cristo, Cabeza y Pastor, como instrumento vivo en la obra de la salvación. En el cumplimiento de su ministerio, por tanto, aquel que es “sacerdos in aeternum”, debe esforzarse por seguir en todo el ejemplo del Señor, uniéndose a Él ‘en el conocimiento de la voluntad del Padre, y en el don de sí mismos por el rebaño».

“Sobre este fundamento de amor a la voluntad divina y de caridad pastoral se construye la unidad de vida, es decir, la unidad interior entre la vida espiritual y la actividad ministerial. El crecimiento de esta unidad de vida se fundamenta en la caridad pastoral nutrida por una sólida vida de oración, de manera que el presbítero ha de ser inseparablemente testimonio vivo de caridad y maestro de vida interior”, agregó.

Mons. Bochatey agradeció a todos los sacerdotes por su trabajo, y los exhorto a “continuar con su compromiso, al discernimiento comunitario y a la escucha de todos aquellos que se dirigen a nosotros.  Les pido que reciban con amor fraterno a Santiago y Ariel, nuevos hermanos sacerdotes para siempre”.

“Que María madre de sacerdotes los cubra con su manto y los haga crecer en salud y santidad”, finalizó.

VIDEO: GENTILEZA DE CATEDRAL MEDIA

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