En su cumpleaños, Mons. Aguer presidió la fiesta de María Auxiliadora, patrona de Berisso.

Durante la homilía.

Como lo hace todos los 24 de Mayo, día en que cumple años, el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, presidió la fiesta de María Auxiliadora, patrona de Berisso, en el templo parroquial homónimo de dicha localidad. La Santa Misa se celebró al cabo de una procesión por las calles de la zona; en la que participaron los distintos grupos parroquiales, diversas instituciones de la sociedad, y las diferentes colectividades; ya que Berisso es la Capital provincial del inmigrante.

Poco antes de la celebración, Mons. Aguer, consultado por los medios locales, insistió en que «la Argentina sufre, desde sus orígenes, una persistente discordia; o sea el enfrentamiento de los corazones. Ante un nuevo aniversario del 25 de Mayo es oportuno, entonces, reiterar que necesitamos concordia; pues todos estamos embarcados en un destino común. Eso no significa que todos pensemos igual, sino que tomemos conciencia de lo que debemos aportar para el bien común».

Concelebraron la Misa, el párroco, padre Gustavo Rubio, y varios sacerdotes del Decanato Berisso – Ensenada. Se pidió por el eterno descanso del padre Julio Britos Santurio; quien fuera párroco de María Auxiliadora, y de otras parroquias de dicho Decanato, y que falleció el 24 de abril, hace exactamente un mes.

El padre Gustavo Rubio, al anunciar el programa preparatorio para el Centenario parroquial.

Poco antes de concluir, el padre Rubio leyó la «Proclama de preparación del Centenario». En ella convocó a todas las instituciones de la parroquia, y todas las fuerzas vivas de Berisso, a sumarse a los festejos por los Cien Años, a celebrarse en 2017.

Toda la comunidad empieza a movilizarse para el Centenario parroquial.

María Auxiliadora, de Berisso, es hija de la parroquia Nuestra Señora de la Merced, de Ensenada, erigida en 1854 -una de las más antiguas de la diócesis platense-, y a cargo de los padres salesianos desde 1905. Es, a su vez, madre de las otras parroquias que se fueron erigiendo en Berisso, a lo largo del siglo veinte.

Placa conmemorativa, en el ingreso al templo.