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Charla de Mons. Mancuso a los nuevos seminaristas platenses.

Mons. Carlos Mancuso, Director Espiritual del Seminario.

 

     Mons. Carlos Mancuso, uno de los directores espirituales del Seminario Mayor San José de La Plata, dará una charla este jueves 22 a los jóvenes que ingresaron a la casa de formación hace una semana. Será sobre la vida espiritual del seminarista; su acceso al sacramento de la Confesión, y la importancia de la vida espiritual.

     Adelantó, al respecto, que es fundamental que «todo joven que ingresa al Seminario comprenda la importancia de configurarse, cada día más, con Jesucristo; sumo y eterno Sacerdote. La entrega de la propia vida se concreta en cada momento de la existencia; y no solo en situaciones y circunstancias extraordinarias».

Brujería, peste espiritual del siglo XXI

     El reconocido exorcista dijo, igualmente, en declaraciones a la prensa, que «la brujería es una verdadera peste espiritual del siglo XXI. Y se llega allí por la falta de fe y de confianza en el Señor. Quienes caen en ese abismo solo confían en la fuerza que les va a venir del espíritu del mal. Pero de ahí no puede venir ningún bien. El demonio no puede ser feliz; y, mucho menos, hacer felices a las personas».

     Sobre las imágenes que pueden tenerse en los hogares subrayó que «por cierto, los crucifijos son buenos y necesarios. Nos recuerdan la salvación que nos trajo Cristo. Se debe ser más cuidadoso, de cualquier modo, con otro tipo de imágenes. Por ejemplo, con algunas que parecen de la Virgen Santísima pero que no son de ella; y, por supuesto, de falsos santos… Hay que desprenderse inmediatamente de ellas; rezar, rociarlas con agua bendita, embolsarlas, y arrojarlas a un curso de agua, como un río, o el mar».

      Ante las numerosas consultas realizadas, Mons. Mancuso anunció que volverá a atender en el Hogar Sacerdotal de avenida 60, entre 27 y 28, el viernes 2 de marzo, a partir de las 16. «Allí -concluyó- se realizan exorcismos con las personas que los necesitan, no con las que lo piden. El discernimiento, claro está, corresponde al sacerdote».

 

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