Devolución de la Asamblea Arquidiocesana
Queridas/os hermanas/os:
Algunas de estas propuestas coinciden con las ya presentadas en la anterior consulta de las Líneas Pastorales de la Arquidiócesis, y esto indica que todavía no hemos logrado su plena aplicación, pero es bueno que ahora las retomemos.
Llama la atención que muchos han destacado la necesidad de realizar tareas por decanatos, para encauzar la ayuda mutua entre parroquias vecinas y potenciar los esfuerzos y los recursos disponibles.
Propongo entonces a toda la Arquidiócesis que avancemos en la aplicación de las siguientes propuestas, que han sido las más repetidas, para que las propias comunidades, los decanatos y la Arquidiócesis en general se empeñen en su desarrollo. Esto hará posible un mínimo de pastoral orgánica, es decir, una comunión básica en la tarea evangelizadora arquidiocesana.
Les ruego que tomemos muy en serio estas indicaciones prácticas de acción, para que ni las líneas pastorales ni la asamblea sean sólo una formalidad, sino verdaderos caminos de una Iglesia unida, sinodal y comprometida.
1) Actividades en parroquias y decanatos
Realizar frecuentes expresiones de fe en el espacio público, aprovechando ermitas, cruces, plazas y lugares significativos para el barrio. Celebrar Misas en lugares abiertos. Recorrer las ermitas en peregrinación, Caminito mariano, pesebres itinerantes, etc. También se propuso mucho realizar algunas actividades de este tipo por decanatos.
Organizar la acogida amable y afectuosa de las personas que se acercan para bautismos, Misas, primeras comuniones, etc.
Proponer tres veces al año (cuaresma, adviento y novena u otra fecha) una gran misión parroquial donde participen todos los miembros de la comunidad y personas convocadas, sea de la propia parroquia o de afuera. Realizar alguna de estas salidas misioneras por decanatos.
Algunas propuestas misioneras muy repetidas: misionar las familias de los niños bautizados, repartir pequeñas hojas con mensajes, oraciones e información parroquial, llevar la Virgen a casas y comercios, anotar intenciones para la Misa del domingo, orar siempre delante de las personas por las intenciones de ellos, visitarlos al cumplirse el mes del fallecimiento de un ser querido, visitar a los recién casados, a personas asistidas por Caritas, etc.
Que el consejo pastoral (que debe existir) o grupos de miembros de la comunidad con el párroco hagan una visita a las instituciones del barrio para integrar mejor la parroquia.
Constituir la Adolescencia misionera para poder retener a los que han recibido los sacramentos.
Realizar cada tanto juntadas o festejos parroquiales que afiancen la comunidad y alimenten el espíritu fraterno, y Asambleas parroquiales que concreten la sinodalidad apostólica.
Crear un ministerio de la escucha con horarios fijos bien difundidos para que las personas tengan a quien acudir en momentos de necesidad, de crisis, de búsqueda.
Dar más atractivo a la Liturgia preparando mejor las lecturas, los cantos, las preces, procurando adaptarse a la sensibilidad de la comunidad y pensando especialmente en las personas nuevas que puedan llegar.
Realizar por parroquias o por decanatos alguna gran muestra o feria con stands, o Expo religiosa, mostrando la actividad de distintos grupos o sectores, que incluya representaciones, actos organizados con niños y jóvenes, un festival de música, etc.
Trabajar más por decanatos para compensar los pocos recursos de algunas parroquias. Realizar por decanatos o parroquias vecinas retiros, grandes celebraciones, exposiciones, cursos, misiones, encuentros de jóvenes, niños, catequistas, misioneros, familias, etc.
Organizarse por grupos para que los templos puedan estar más tiempo abiertos.
No pretender realizar todas estas actividades sólo con los que ya están integrados en la parroquia, sino invitar a otras personas que, más allá de su formación, puedan mostrarse disponibles a colaborar. Este es un modo de convocar que puede ser más efectivo. También se puede pedir colaboración a parroquias vecinas, a movimientos, a grupos misioneros diocesanos, etc.
2) Actividades arquidiocesanas
Tener cada año o cada dos años una gran celebración eucarística de toda la Arquidiócesis al aire libre, en Plaza Moreno o en otro lugar abierto de fácil acceso.
Convocar cada año a un encuentro o celebración con todos los grupos misioneros de la Arquidiócesis, sean de parroquias, movimientos u otros.
Instituir un Equipo pastoral arquidiocesano, pero de orientación práctica que ofrezca a las parroquias e instituciones católicas subsidios, herramientas de liderazgo pastoral, recursos para difundir en las redes sociales con mensajes positivos, etc.
En la página web de la Arquidiócesis iniciar una sección para colocar información de las parroquias.
Crear un espacio mínimo de integración entre los movimientos eclesiales orientado a la misión.
Que las comunidades parroquiales den mayor difusión a las actividades diocesanas y a los mensajes o reflexiones del Arzobispo.
Que los colegios lleguen a ser efectivamente lugares de anuncio y conversión, espacios de misión juvenil, con participación de las parroquias, que tengan una orientación más pastoral y un equipo diocesano aporte subsidios y propuestas.
Que Caritas coordine mejor la ayuda a personas para evitar que algunas personas sean ayudadas en varios lugares al mismo tiempo y se pueda llegar mejor a los que más lo necesitan.
Instituir una Vicaría móvil o Carpa que recorra los barrios menos atendidos para anunciar a Cristo, celebrar la Misa y los sacramentos.
Crear un equipo de pastoral familiar que aporte ideas para acompañar a los matrimonios jóvenes en sus primeros años.
Organizar una pastoral vocacional más activa.
Con afecto en el Señor.
+ Víctor Manuel Fernández
Arzobispo
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