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‘Fratelli tutti’: «Francisco en este momento es un maestro en el diálogo con el mundo”

Este lunes 5 de octubre, a las 14 hs de Argentina, el Arzobispo Víctor Manuel Fernández participó del panel organizado por el Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV) de México, para analizar y reflexionar sobre los puntos más destacados de la nueva encíclica del Papa Francisco, “Fratelli Tutti”.

Al momento de hacer uso de la palabra, Mons. Fernández destacó que en ‘Fratelli Tutti’ “estamos mirando a Francisco como un maestro en el diálogo con el mundo y que es lo que ya vimos en Laudato Si’. Quizás algunos teólogos se detengan a decir: ‘Tendría que haber dicho esto o aquello’. Mientras tanto, mucha gente que no es parte de la Iglesia queda impactada, fascinada”.

“Esto es sumamente importante tenerlo en cuenta porque el papa habla de una manera en la que este lenguaje lo comprendemos todos y podemos interactuar con esta propuesta. Políticos que han leído la encíclica ya dicen que es una nueva hoja de ruta, así como varios periodistas agnósticos me han dicho que han quedado noqueados después de leerla. Hay muchas reacciones positivas con respecto a la Encíclica “Fratelli Tutti”, como también las hubo en Laudato Si’. Francisco es maestro del diálogo con el mundo”, destacó Mons. Fernández.

Asimismo, el Arzobispo remarcó que a diferencia de los otros documentos de Francisco que eran más bien intraeclesiales, como Evangelii Gaudium, que tiene muchas aperturas al mundo pero es fundamentalmente un programa para la iglesia; como Gaudete et Exsultate, que es un planteo sobre la Santidad, o Christus Vivit, orientado a la Pastoral Juvenil, “Laudato si’ y Fratelli Tutti, son para conversar con todos. Esto es lo primero y fundamental”.

“En Fratelli Tutti, Francisco se muestra tal cual es y está plasmado con toda honestidad y sinceridad”, comentó Mons. Fernández, quien por otra parte mencionó la necesidad de leerla junto con Laudato si: “Yo creo que precisamente lo fundamental es conectarla con Laudato si’ y mostrar cómo esta dupla, estas dos encíclicas, son las dos patas del gran magisterio de Francisco”.

“Creo que era indispensable ‘Fratelli Tutti’ porque si no con Laudato si’ iba a quedar como una especie de papa verde, porque aunque la misma sea un magisterio social, evidentemente su temática central tiene que ver con el ambiente. Pero acá hay un punto en donde se muestra una distinción entre las dos”, prosiguió.

En ese sentido, analizó: “En Laudato si’ aparecía la necesidad de superar un antropocentrismo extremo. Ese antropocentrismo extremo del hombre dominador de la creación, el ser humano que domina todo y que puede hacer lo que quiera. Ese antropocentrismo extremo que se desarrolló no sin inspiración cristiana, no sin una exageración cristiana sobre el lugar del ser humano. Eso quiso ser corregido en Laudato si, ya que allí nos presenta un antropocentrismo situado. El ser humano en el centro de la creación pero tiene que estar situado en el contexto de la creación y a su cuidado, más que dominador es un cuidador. Un tema como es el cuidado y tan querido para Francisco”.

En cambio en Fratelli Tutti, “habiéndose superado este antropocentrismo extremo, vuelve a poner la mirada sobre el ser humano y su dignidad única e inalienable. Cada ser humano tiene una dignidad inalienable y un valor, que Francisco gusta decir, infinito. No solo inmenso, no solo sagrado, sino infinito, porque proviene del amor infinito de Dios”.

“En segundo término, este ser humano tan valioso se lo presenta en sociedad, en relación. Ya no solo con el ambiente, con el cosmos, sino con toda la humanidad. Y el tercer punto precisamente es este, toda la humanidad en su dimensión de apertura universal”, analizó Mons. Fernández, quien continuó afirmando que “ya no es la universalidad del cosmos sino de la sociedad humana. Ahora acá hay que evitar lo que Francisco llama un universalismo abstracto. Un universalismo de esas personas que se la pasan viajando porque no aman su tierra, que dicen que su pueblo es ignorante y no los comprende, y entonces necesitan ir a Paris, a Alemania para sentirse bien. No, es un universalismo que toma como punto de partida la encarnación en la propia tierra».

Además, se refirió a “esa gente que no se puede arraigar en su propio pueblo porque lo odia”, y entonces «más que universalismo es una tontería». En ese sentido, explicó que el “Papa Francisco habla de otro universalismo que implica acoger al último; de un corazón tan universal que sabe incorporar al último de su propia ciudad, que sabe arropar, cuidar e integrar al último de la sociedad, aunque esté acá, a la vuelta de mi casa. Por eso hay que llamarle universalismo existencial a este planteo de fondo que nos hace Francisco”.

También precisó que, en ‘Fratelli Tutti’, “aparece como un paradigma la figura del migrante, y que si bien el nuevo documento no es una encíclica de los migrantes, es la figura de ese que viene de afuera, de ese que no existe para mí si yo me encierro en mi pequeño mundo”. “Hay una parte de la encíclica que dice que uno puede tener todos los documentos de un país y sin embargo ser un forastero de su propia patria. Entonces acá la figura del migrante aparece como este símbolo paradigmático de la apertura universal del amor”, señaló Mons. Fernández.

Seguidamente, el Arzobispo comentó que “frente a este migrante se plantean dos principios de la doctrina social que iluminan su figura y que son, una vez más, el valor inalienable de cada ser humano y el destino común de los bienes”. “Ese migrante tiene el mismo derecho que yo, ese migrante infinitamente amado por Dios tiene derecho a un trabajo, a un techo y a un desarrollo personal igual que yo. No importa si nació acá o más allá de la frontera. Tiene el mismo derecho que yo porque el mundo es para todos”, agregó.

Posteriormente, Mons. Fernández ahondó que si bien se evidencia “esta diferencia complementaria entre las dos patas, que son las dos encíclicas, también hay algunos puntos precisamente en común entre ambas”. “El primero es el de la promoción de los débiles; la tierra y el pobre. El grito de la tierra y del pobre, el cuidado de los más frágiiles. Mientras que, el segundo punto, que tienen en común Laudato si’ y Fratelli Tutti como gran dupla, es la crítica a la economía neoliberal”.

Sobre ese punto, “Francisco es contundente (punto 168), el cual dice que ‘el mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe noeliberal’ y aclara que ‘este dogma de fe neoliberal es un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío’”.

“Aquí es donde el papa dice que no hay una sola salida posible, una sola economía que pueda resolver los problemas, no hay una sola metodología o no hay sistema económico que pueda ser aplicable igualmente por todos”, añadió Mons. Fernández, recordando que “el papa invita a la creatividad de los economistas; a una creatividad que permita diversificar la producción, que permita buscar la producción más que la especulación y que permita crear fuentes de trabajo. Este es el segundo punto en donde Laudato si’ y Fratelli Tutti están en una armonía total”.

“Y el tercer punto que une fuertemente el mensaje social de ambas encíclicas es el del valor del trabajo”, remarcó, al tiempo que comentó que “en Argentina yo estoy luchando permanentemente porque los sectores de corte más neoliberal gustan decir que Francisco fomenta la vagancia, la dejadez, la pereza, que la gente no trabaje y no se desarrolle. Decir eso de él es una locura”.

En ese sentido, Mons. Fernández recordó que Francisco “es descendiente de piamonteses que han invadido Argentina y en los lugares que han estado han trabajado como locos y han cambiado todo. Han desmontado lugares inhóspitos del interior y han sembrado. Francisco es nieto de piamonteses, es un fanático del trabajo y él no puede entender a una persona que no trabaja”.

Y rememoró que “si uno lee lo que el papa dice sobre el trabajo, él siempre remarca y no se cansa de decir que no hay que dar subsidios, hay que dar trabajo. Lo peor que le puede pasar a un pobre es no tener trabajo, no poder desarrollar sus capacidades a través del trabajo”.

Entonces “cuando hay perjuicio ideológico detrás es muy difícil conversar sobre estas cosas. Yo siempre veo en Argentina los cartoneros, las personas que están desde las 7 am y hasta las 11 pm juntando cartones en la vereda para después venderlos por unas pocas monedas y apenas comen. ¿Se puede decir que esos cartoneros son ociosos, vagos que no quieren trabajar?”, expresó y se preguntó el Arzobispo. “Sin embargo lo dicen igual, de manera que uno ve que frente a este punto el mensaje de Francisco se distorsiona muy fácilmente y hay que ayudar a mostrarlo en su integralidad”, aclaró.

Sobre el final de su intervención, Mons. Fernández recordó que “estamos ahora en un año dedicado a Laudato si’, pero justo ahora aparece esta encíclica y entonces estamos obligados a replantear nuestro modo de presentar Laudato si´ y en los próximos meses a trabajar las dos encíclicas juntas y en íntima iluminación mutua”.

“Por último, no hay que olvidar que Fratelli Tutti tiene como gran tema el amor. No es un vademécum de temas sociales que está muy bien. El tema es el amor y nos quiere decir a cada uno vos no te vas a realizar sin amor, no te vas a realizar como ser humano si te aislás, no vas a ser feliz ni pleno si no abrís el corazón al otro, sobre todo al que está tirado al lado del camino”, exclamó. En ese sentido, la nueva encíclica es también una invitación a recuperar el sentido de palabras tales como; la comprensión, el dialogo, el perdón, la escucha mutua y la amabilidad.

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