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Se presentó la Pastoral Carcelaria de la Arquidiócesis de La Plata

El viernes 8 de octubre, en un encuentro realizado de forma virtual a través de la plataforma Zoom y con una gran convocatoria de laicos, miembros del clero, juristas y especialistas vinculados al ámbito de la carcelación a nivel local y nacional, se presentó la Pastoral Carcelaria de la Arquidiócesis de La Plata.

En el encuentro se expuso el programa con los diferentes aspectos cruciales que conforman dicha pastoral, la logística y formas de trabajo entre el clero y los laicos en los diversos espacios a través de los cuales se busca acompañar y contener a cada una de las personas en contexto de encierro.

En el inicio de la presentación, el Capellán General del Servicio Penitenciario Bonaerense, Padre Carlos Pont Gasques, agradeció a todos los presentes y recordó que existe una necesidad de “unir voluntades, articulando esfuerzos para que como iglesia diocesana de La Plata podamos juntos abordar la cuestión carcelaria como problemática social”.

”Es una problemática más amplia y que de alguna manera nos toca a todos, no está encerrada exclusivamente en las paredes de una cárcel sino que tiene que ver con las grandes dificultades y conflictividades sociales con la cuestión de la pobreza, la exclusión y la marginalidad, donde nosotros como iglesia estamos llamados a responder a esas necesidades”, expresó.

Por su parte, Karin Ballesteros, Coordinadora de la Pastoral Carcelaria de la Arquidiócesis de La Plata reconoció que “estamos muy contentos y agradecidos porque con el esfuerzo de muchos pudimos ir gestando todo este espacio”.

En ese sentido, Ballesteros subrayó que “primeramente quisimos distinguir lo que era la pastoral carcelaria y la capellanía general del SPB y en ese proceso fuimos descubriendo muchísima riqueza que estaba dispersa en el aporte de los laicos y también fuimos haciendo un relevamiento de la realidad penitenciaria de nuestra arquidiócesis”.

Y aclaró que “contamos con tres complejos penitenciarios (Olmos, La Plata y Magdalena), en los que se encuentran 18 establecimientos carcelarios, entre unidades penitenciarias y alcaldías. También hay dos unidades que son hospitales y tenemos entre cuatro y ocho parroquias que están cercanas a cada uno de dichos establecimientos, 15 capellanes destinados y un total de 50 laicos voluntarios que visitan nuestras cárceles”.

En tanto, subrayó que “fuimos encontrando una serie de necesidades que estaban descubiertas y que conformar la pastoral carcelaria era un modo de cubrir en parte esas necesidades, coordinando esfuerzos aislados en pos de una labor interdisciplinaria mucho más asertiva y con el fin de potenciar el trabajo y el esfuerzo de todos los actores involucrados”.

Dentro de los objetivos de la pastoral carcelaria, Ballesteros indicó que el más importante es “evangelizar el mundo de la carcelación” y desde una evangelización social, en un abordaje que comprenda al individuo dentro del contexto de encierro y su relación familiar.

Otro de los aspectos fundamentales de la pastoral es promover la gestación de comunidades dentro de las cárceles, fomentando nuevas formas de relacionarse dentro del ámbito carcelario, así como también la promoción de liderazgos positivos, aseguró la coordinadora de la pastoral carcelaria de La Plata.

En esa línea, Patricia Alonso, coordinadora del equipo nacional de pastoral penitenciaria e integrante del secretariado, reconoció que “esta es una pastoral muy difícil, muy amplia y en esta comunidad de la pastoral carcelaria todos tenemos dones, talentos que hay que juntarlos, organizarse y salir a buscar y a visitar a ese Jesús preso”. “Ahí nos encontramos con todas las realidades, donde cada persona privada de su libertad tiene hambre, tiene frío, llevamos ropa, los visitamos enfermos y es cuando vemos al Cristo sufriente”, reflexionó.

Asimismo, Alonso añadió que “quienes visitamos las cárceles hemos llegado a ver donde ni la justicia ni la sociedad muchas veces llega, que es ver a la persona. No es un número o un expediente, es una persona que va abriéndose y abriendo su corazón”.

Cabe destacar que dentro de los espacios de contención y acompañamiento que alberga la Pastoral Carcelaria de La Plata, se encuentran:

Los pabellones literarios para la libertad: Estos “nos permiten a nosotros como iglesia, que hacemos presencia en las unidades, abordar la evangelización desde un contexto más amplio y con una intervención más integral”, sostuvo el padre Pont, quien explayó que “los libros son la excusa, las materias que implican los estudios literarios, los procesos que se inician, la circulación de la palabra, la baja de la violencia, la palabra como modalidad y estilo de vida, todo esto significan los pabellones literarios y es la gran oportunidad para hacer presencia en uno de los contextos más complejos y más difíciles como es el mundo carcelado”.

Casa Libertad La Plata ONG: Es un programa que se propone la externación de las personas que transitaron la privación de la libertad, lo que significa un acompañamiento cotidiano de la construcción de sus proyectos de vida. Es una casa convivencial, de carácter transitoria, para mujeres madres con sus niños y niñas que han atravesado contextos de encierro y no cuentan con redes de contención. También mediante dicho espacio se busca realizar un acompañamiento material y subjetivo en su domicilio.

Escuela de Arte Sacro: La misma se originó en el año 2019  y a partir de un proyecto que surgió de la combinación del abordaje integral de las personas privadas de su libertad, que propone la Capellanía del SPB y la ausencia de restauradores, artesanos, sastres, iconistas, entre otras expresiones artísticas que cobran relevancia ante las necesidades de restauración de obras que pertenecen a las parroquias y capillas no solo de la ciudad de La Plata, sino también de la provincia y el país.

El antecedente de la escuela de arte sacro lo conforman un montón de talleres que se dictan en los penales de la provincia, impulsados por las pastorales carcelarias de diferentes obispados. Allí se realizan ostias, custodias, piezas de tallado en madera, rosarios confeccionados por diferentes técnicas y que merecen un espacio de acompañamiento y marcan el inicio de un emprendimiento que sistematiza la producción y cuyo destino excede la barrera de las donaciones.

El gran objetivo es el de poder articular las herramientas que brindan estos talleres con la inserción laboral de las personas carcelarias, la posibilidad que ellos tienen de contar con un oficio y de poder valorarse asimismo como trabajadores, así como también articularse con otros espacios ofrecidos por la pastoral carcelaria. El proyecto de la escuela de arte se implementará próximamente en la Unidad N°9 de la ciudad de La Plata, donde se encuentran muchos jóvenes adultos que aguardan formar parte de la misma.

Finalmente, se compartió un video-mensaje del Arzobispo de La Plata, Mons. Víctor Manuel Fernández, quien recordó que si bien en La Plata ya existe una larga historia de presencia en la cárceles, de equipos de laicos que visitan generosamente las cárceles, el “padre Carlos Pont ha querido crear este espacio de mayor articulación para que todos estos equipos que trabajan puedan ayudarse mutuamente, darse una mano, compartir material y particularmente trabajar con proyectos y objetivos”.

Y recordó “cuánto cariño le tiene el Papa Francisco a esta tarea. Él muchas veces se ha referido a los migrantes y a los presos, con una mirada particularmente misericordiosa”, explicando también que “la iglesia siempre ha mantenido este reconocimiento de la dignidad que tiene el preso y que sabemos que no sucede tanto en la cultural social de hoy, donde el preso es objeto de un tremendo desprecio y cualquier cosa que se haga a favor de un preso es mirada con desconfianza”.

Por eso, de alguna manera “esta es una tarea contracultural que va en contra de una dinámica social muy fuerte y además bastante alimentada por malas intenciones en los medios. Pero nosotros queremos ser fieles al maestro y hacer esta tarea que supone una gratuidad muy grande, o sea nadie que quiera ser reconocido o aplaudido se va a dedicar a esto, lo hace porque reconoce el infinito valor que tiene ese ser humano más allá de lo que haya hecho, porque quiere mirarlo con la mirada del Señor y porque quiere reconocer a Cristo en Él”.


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