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Se avanza en la programación del Año Vocacional Arquidiocesano 2017.

 

Mons. Nicolás Baisi, Obispo auxiliar de La Plata.

Mons. Nicolás Baisi, Obispo auxiliar de La Plata.

 

Tras la reunión del clero platense, en la que se comenzó a preparar el Año Vocacional Arquidiocesano 2017, el Obispo auxiliar de La Plata, Mons. Nicolás Baisi, dirigió una nota a los sacerdotes, religiosos y laicos, titulada «Hacia un Año Vocacional o mejor una Cultura Vocacional». Se apunta como importante que «educadores y dirigentes seamos los primeros en redescubrir y reavivar nuestra vocación. Si somos más conscientes de la llamada amorosa de Dios; y pedimos y procuramos una respuesta generosa a la Gracia, estamos sentando las bases de una cultura vocacional».

     Este es el texto completo de su mensaje:

Hacia un Año Vocacional o mejor una Cultura Vocacional

A partir de la iluminación de Mons. Aguer y de algunas propuestas tratadas en el encuentro del presbiterio.

Lo que nos dice nuestra fe sobre la vocación

Cuando hablamos de vocación estamos hablando de una iniciativa gratuita de Dios, que se da en la Creación y que se da en nuestro Bautismo, donde por la Gracia estamos llamados a ser hijos de Dios.

Esta vocación cristiana, que es la de todo bautizado tiene un punto de llegada al que se llama santidad, perfección en la caridad, y que Juan Pablo II enseña es la vocación universal al amor. Todos llamados a vivir el amor, por distintos caminos y variadas formas. Por eso la pregunta vocacional es: ¿Qué voy a hacer de mi vida? ¿Cómo voy a realizarme en el amor? Esto pide plantearse un proyecto de vida de manera que abriéndose a Dios y a los demás descubran la alegría de hacer de su vida un don, aspirando así a la madurez en el amor.

Por eso toda vocación cristiana es a una entrega en el amor, ya sea en el Matrimonio, en el Sacerdocio, en la Virginidad consagrada, que puede ser en la vida religiosa o en la vida laical.

El cultivo de las vocaciones

Más que un año vocacional pensamos en la necesidad de ir cultivando una cultura vocacional. Con la convicción de que no es un tema más ni una tarea más sino el camino que todos los cristianos debemos transitar.

Como se trata de la vida de la Iglesia no pensamos este año como un inicio sino que atendemos a lo que se ha hecho, se va haciendo, viendo sus potencialidades y dificultades. Y sí nos ayudemos a prestarle más atención a la dimensión vocacional de toda tarea de la Iglesia. Todo esto pide reflexión y diálogo.

Pero a la vez vemos la necesidad sobre que ese diálogo se dé entre los mismos educadores y dirigentes a fin de que nosotros seamos los primeros en redescubrir y reavivar nuestra vocación. Si somos más conscientes de la llamada amorosa de Dios y pedimos y procuramos una respuesta generosa a la Gracia estamos sentando las bases de una cultura vocacional, y favorecemos a que otros vivan con alegría su llamada al amor, acompañándolos a la madurez.

Cómo ayudamos para esta cultura vocacional

Nos parece necesario que se conozca y se medite la enseñanza de la Iglesia sobre la vocación y sobre las vocaciones. Partiendo de las Sagradas Escrituras y la vida y escritos de los santos, los Papas (especialmente lo relativo a la familia) y el Catecismo nos han dejado ideas claras y a la vez muy iluminadoras. Por eso enseñar masiva y capilarmente la doctrina sobre las vocaciones e iluminar con ella nuestras vidas nos parece importante.

Como ya dijimos, que prestemos atención a la dimensión vocacional de la pastoral ordinaria y de los distintos encuentros que realizamos, especialmente en la administración de los sacramentos.

Generar espacios de reflexión sobre la propia vocación y sobre cómo acompañar para educadores y dirigentes, espacios que deberían hacer la necesaria bajada de los contenidos vocacionales básicos.

Proponer algunos encuentros específicos que permitan el mayor discernimiento de la vocación. Sobre todo acompañando a las familias.

Sobre todo fomentar la oración por las vocaciones, para que el Señor, llamando, despierte, sostenga y lleve a la plenitud del amor a cada uno en el camino que le ha pensado. Pedimos la intercesión de la Santísima Virgen María.

Algunos puntos para comenzar

  • Esperamos confeccionar un catecismo –devocionario que favorezca tanto el conocimiento como la oración.
  • Pensamos en la fiesta de Corpus Christi culminar de modo similar al Año de la Misericordia en la Plaza Islas Malvinas, donde instalaríamos una exposición de carismas. Contamos con la ayuda inestimable de religiosas y religiosos para esto y para toda la tarea de fomentar la cultura vocacional.
  • Convocar un grupo ejecutivo y a la vez masivamente al trabajo en este sentido. Por todo lo dicho no buscamos centralizar la tarea sino motivando y acompañando el modo de apoyarnos mutuamente.

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