Premisión Juvenil platense, en zona castigada por el temporal de 2013.
La Premisión Juvenil de la Arquidiócesis de La Plata tendrá lugar del 6 al 8 de noviembre, en Los Hornos; una de las zonas más castigadas por el trágico temporal del 2 de Abril de 2013. En preparación a la Misión Juvenil Arquidiocesana, del 31 de enero al 14 de febrero de 2016, tendrá como base la parroquia Sagrado Corazón de Jesús; y abarcará, también, las parroquias Nuestra Señora de la Salud (incluida su capilla San Francisco Javier), y Santa Magdalena de Canossa, con su capilla Nuestra Señora de Luján.
Los jóvenes, mayores de 18 años, se alojarán en el colegio Santa Magdalena de Canossa, 149 entre 62 y 64, enfrente a la parroquia Sagrado Corazón de Jesús. Y, desde allí, junto a los sacerdotes responsables, las religiosas y los laicos participantes, harán un relevamiento de las mayores necesidades, para definir las tareas a realizar en febrero.
Los últimos días de enero y los primeros de febrero, la Arquidiócesis de La Plata viene realizando, desde hace varios años, en diversas periferias, la Misión Juvenil Arquidiocesana. Al cabo de las mismas se fundan nuevas capillas y parroquias; y se da un notable impulso a las misiones parroquiales. Así ocurrió, por ejemplo, en 2011, con la parroquia Beata María Ludovica de Angelis, de 524 entre 120 y 121; y, en 2013, con la parroquia Santos Mártires Inocentes, de Quintana entre Bolivia y Contarelli, barrio «5 de Mayo», de Cambaceres, Ensenada. En 2014, por su parte, se misionó en jurisdicción de la parroquia San José Obrero, de Berisso. Y, en 2015, en jurisdicción de la parroquia Nuestra Señora de la Anunciación, calle 514 entre 7 y 8, de Ringuelet; también en una de las zonas más afectadas por la inundación de 2013.
Permanentemente, el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, recibe de los párrocos; en particular de aquellos que tienen a su cargo zonas periféricas y con crecientes barriadas populares, numerosos pedidos para realizar, en esas jurisdicciones, la Misión Juvenil Arquidiocesana. Todos ellos son evaluados detenidamente, y la decisión final se toma junto al Consejo Presbiteral.
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