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«Para que tengan la vida abundante»: el clero platense y la catequesis de niños.

 

 

El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, y su Obispo auxiliar, Mons. Nicolás Baisi, presentaron al clero platense el cuadernillo que recoge las instrucciones pastorales sobre la catequesis de los niños «Para que tengan la vida abundante». En él, en primer término, está la instrucción pastoral «Para que tengan vida». Sobre la iniciación cristiana de los niños, y el lugar en ella del sacramento de la Confirmación, que Mons. Aguer publicó el 30 de mayo de 2004; y, en segundo término, «La vida abundante». Complementaria sobre la catequesis de los niños, que el prelado platense publicó el 19 de marzo de este año.

En su exposición a los sacerdotes, Mons. Aguer valoró como muy positivo el cambio introducido hace doce años en la Arquidiócesis, sobre el orden de los sacramentos de iniciación (Confesión, Confirmación y Primera Comunión), «ya que quedan menos cristianos sin confirmar. Y hemos crecido en la comprensión de que la catequesis es iniciación a la vida cristiana. Y que no hay verdadera iniciación si no hay continuidad».
Dijo, igualmente, que «hay una analogía muy fuerte entre la problemática de hoy, y la de los primeros siglos del cristianismo. Hoy vivimos en un mundo de paganos bautizados. Y, por lo tanto, debemos tener el fervor, la audacia y el atrevimiento apostólico de los primeros cristianos».

Apuntó, asimismo, que «en la iniciación de la vida cristiana, es fundamental tener una parroquia viva, de puertas abiertas, y generosa en su entrega. Además, es muy importante que la edad de comienzo sea menor (de hecho, no se establece en las instrucciones un límite, como por ejemplo saber leer y escribir), y que haya espacios adecuados para ello. Y, en tercer término, hay que seguir formando del mejor modo a los catequistas. Todos los párrocos deben saber que ellos son los primeros catequistas».
Sacramentos: alimentos para seguir creciendo

Por su parte, Mons. Baisi subrayó que los documentos «apuntan a superar una visión escolar de la catequesis. Los chicos no vienen a aprender contenidos, sino a incorporarse a una comunidad cristiana, que pasa a ser responsable de su formación. Los sacramentos, con ese marco, no deben entenderse como un premio, o un diploma de final de curso, sino como alimentos para seguir creciendo».

Puso de relieve, tambíén, que las instrucciones apuntan «a entender la iniciación cristiana como un proceso, que va desde el Bautismo a la Eucaristía. Cómo encarar la etapa que media entre el Bautismo y la llegada de los chicos a la catequesis es siempre un desafío; máxime teniendo en cuenta la disolución actual de la familia».

Reconoció, finalmente, las dificultades objetivas que se plantean para superar la simultaneidad de la catequesis con el ciclo escolar, «lo que impide celebrar adecuadamente, por ejemplo, Navidad y Pascua, las dos mayores fiestas cristianas. Una alternativa, por ejemplo, sería comenzar la catequesis el Miércoles de Ceniza; y concluirla en Navidad, con un pesebre viviente».

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