NO A LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

Queridas/os hermanas/os:

A la luz del Evangelio de Jesús, nosotros también tenemos que alzar un fuerte «NO» a todas las formas de violencia contra las mujeres, y de ninguna manera tenemos que dar la impresión de que estamos justificando este pecado.

Los maltratos, tanto físicos como psicológicos son una horrible afrenta contra la dignidad humana y estamos llamados a hacer todo lo que esté de nuestra parte para evitarlos y erradicarlos.

Como dice el Papa Francisco, «las diversas formas de maltrato que sufren muchas mujeres son una cobardía y una degradación para los hombres y para toda la Humanidad… No podemos mirar hacia otro lado. Las mujeres víctimas de violencia deben ser protegidas por la sociedad».

Hago llegar mi bendición a todas y a todos quienes luchan para terminar con este mal que tanto envilece nuestra condición humana, y pido a Dios que acompañe con su fuerza a todas las que han sufrido alguna forma de violencia, para que puedan salir adelante en la vida  y recuperar la paz a pesar de estas heridas.