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Mons. Mestre visitó el hospital de Niños: “Que podamos, cada uno desde su lugar, dar vida, la vida que Jesús nos da”

En una de sus primeras actividades como Arzobispo de La Plata, Mons. Gabriel Mestre visitó este martes 19 de septiembre el Hospital de Niños Sor María Ludovica y celebró la misa acompañado de las hermanas Hijas de la Misericordia; el director de la institución, Gustavo Sastre, médicos, personal de enfermería y fieles que también se acercaron a compartir la Eucaristía.

Durante la celebración, el obispo destacó «la labor, el trabajo, la pastoralidad y el acompañamiento del hospital”. A la luz de la Palabra meditada, que narra cómo Jesús resucita al hijo de la viuda de Naín (Lc 7, 11-17), valoró: “Qué lindo es tomar esto de Jesús, el Buen Samaritano, del Padre misericordioso, verlo a la luz de la obra de la beata Sor Ludovica y vernos estimulados todos nosotros a que, en nuestra vida concreta, podamos llevar adelante el ‘ver y conmover’ y de ‘ver y tener entrañas de misericordia’ ante la realidad y el sufrimiento”.

Además, subrayó que si bien “no tenemos el poder de resucitar, que nos viene de Dios y que es de Dios, sí desde la resurrección de Cristo tenemos la capacidad de buscar dar vida, incluso en la experiencia de muerte, cuando tocamos el límite de la ciencia y otros límites”.

La beata Ludovica, aseguró, “fue una maestra en este tema”, y manifestó que “si bien sabemos que los milagros existen y están, el camino ordinario de la vida pasa por la cruz y el dolor y más de una vez por la experiencia de muerte”.

Finalmente, animó a que “cada uno desde su lugar, personal del hospital, las hermanas que animan pastoralmente, creyentes y no creyentes, podamos dar vida, esa vida que Jesús nos da”.

En tanto, el director del hospital, Gustavo Sastre, agradeció la visita de Mons. Mestre, y señaló que “para nosotros, que haya venido a celebrar la misa a nuestra institución es un orgullo, un placer, y representa que la Iglesia acompaña realmente desde este lugar, desde la misericordia, no solo a familiares y a chicos que atraviesan un serio problema de salud, sino acompañar a la comunidad de trabajadores de la institución”.

“Realmente necesitamos esta gran mística de Dios, de Jesús o de cualquier otra creencia o religión que nos acompañe e ilumine hacia una meta desde lo espiritual”, concluyó.

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