Mons. Mestre valoró la tarea de quienes trabajan por ‘abrazar’ a quienes más sufren el flagelo de las drogas
Alrededor de 75 personas que conforman la Pastoral de Adicciones y Drogadependencia de las arquidiócesis de La Plata y Mercedes-Luján, y de las diócesis de Azul y Mar del Plata, junto con miembros de organizaciones, se congregaron los días 13 y 14 de abril en el Seminario Menor de La Plata para participar del encuentro de la región platense relacionado con los consumos problemáticos.
La coordinación estuvo a cargo del equipo de Capacitación y Formación de la Pastoral Nacional de Adicciones y de las delegadas de la Región Platense, Karina Vitali y Griselda Barrionuevo.
Participaron también de la jornada nuestro Arzobispo, monseñor Gabriel Mestre; el presidente de la Comisión de Pastoral Social, monseñor Jorge Lugones SJ; el obispo de Zarate-Campana y uno de los asesores de esa Pastoral a nivel nacional, monseñor Pedro Laxague; además de autoridades provinciales, nacionales y municipales. También dijeron ‘presente’ los chicos del Hogar de Cristo Puertas Abiertas, de La Plata, quienes, como anfitriones, fueron los encargados de preparar los alimentos.
Durante el encuentro de la Pastoral, que forma parte de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), se presentó la estrategia nacional de Prevención, Asistencia y Revinculación (PAR) para quienes más sufren el flagelo de las drogas.
Monseñor Mestre pidió “garantizar la ejecutividad” de lo propuesto por los representantes del Gobierno Provincial y Nacional, al tiempo que agradeció a los grupos presentes por el trabajo realizado.
Por su parte, monseñor Laxague recordó que “tenemos una misión muy linda. Somos hormigas que vienen de todos lados que vienen caminando de una manera más clara, más efectiva, y eso contagia. Esto tiene que llegar a los demás. Contagiar es la tarea”.
En tanto, monseñor Lugones subrayó que “desde el Estado hay que desburocratizar la urgencia”.
La jornada concluyó con un concierto de la orquesta latinoamericana del Hogar de Cristo ‘La Casita de los Pibes’, en el marco de su décimo aniversario, integrando a niños y adolescentes del barrio de Villa Alba.
En la misa de cierre, monseñor Mestre destacó en su homilía “el trabajo artesanal que hacen quienes trabajan en el territorio, poniendo el cuerpo y recibiendo la vida como viene, practicando el cuidado al buscar sanar los vínculos y aplicando el cuidado con ternura”.+
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