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Mons. Bochatey: «Descubrir cuál es mi lugar en el Pesebre»

VIDEO: GENTILEZA DE CATEDRAL MEDIA

Nuestro Administrador Apostólico, Mons. Alberto Bochatey OSA, celebró el martes 24 de diciembre en la catedral la Misa de Nochebuena. Concelebró el párroco, Pbro. Hernán Remundini, y el Pbro. Santiago Rocca.

“Todos los años tenemos esta alegría grande de poder celebrar una vez más el nacimiento del Hijo de Dios. La gran noticia es la grandeza y la misericordia de Dios que se renueva cada vez de forma más grande, más plena”.

“En esta noche de Navidad -dijo- el primer punto para reflexionar es que Dios nos ama primero, pero nosotros podemos amar a Dios, podemos entrar en esa dinámica maravillosa del amor recíproco. Dios me ama y yo lo amo”.

Como segundo punto para reflexionar en esta Navidad, se refirió a “aquellos adultos que tienen ‘rabia’ con Dios se les tiene que pasar, tienen que descubrir que el amor misericordioso y benévolo de Dios está constantemente a la mano. Él siempre nos ofrece su perdón, su reconciliación, y siempre quiere crear armonía”.

“Y así nos tiene que pasar en las relaciones humanas, especialmente en las familias, donde muchas veces puede haber discordias, pero lo que tiene que haber es certeza del amor, certeza de este amor que viene desde el niño Jesús, este pequeño que nos hace grandes, este pequeño que se hizo nombre para que nosotros, varones y mujeres, pudiéramos acercarnos a Dios; somos sus hijos”, enfatizó.

“En nuestros corazones, la palabra Papá y Mamá tienen en cada uno de nosotros un valor diferente e inmenso”, señaló, y también se refirió a hecho de “purificar nuestra fe una y otra vez como los niños, para hacerla verdaderamente madura”.

En otro de los pasajes de la homilía, Mons. Bochatey se refirió también al Pesebre, que “no lo tenemos que perder”. “La alegría de preparar el Pesebre y poniendo las figuras poder descubrir dónde nos colocamos nosotros. Descubramos cuál es mi lugar en el Pesebre, dónde estoy yo adorando al niño Jesús ¿Estoy de costado como José mirando el misterio; estoy involucrado como la Virgen María en la totalidad de la gracia y la elección que Dios ha hecho; o como el pastor tímido, tal vez escondido allá cuidando una oveja, o como los Reyes Magos?. Ahí voy a descubrir cuál es mi relación con el niño Jesús y con Dios, de una fe vivida intensamente”, dijo.

Finalmente, pidió que “nuestras obras, palabras, pensamientos y acciones sean dignas de aquel que lleva en el corazón a Jesús. Tenemos que comprometernos con el Pesebre y transmitir este niño Jesús en nuestros corazones”.

Como un gesto de ternura, el Administrador Apostólico invitó a varios niños presentes en la Catedral a que se acercaran al centro del altar y realizó la bendición final con el niño Jesús”.

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