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Mons. Aguer erigió canónicamente la Casa Sacerdotal «Cura Brochero».

Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, de Los Hornos, donde está la Casa Sacerdotal 'Cura Brochero'

Mons. Aguer, Mons. Baisi, y presbíteros de la Casa Sacerdotal 'Cura Brochero' (11-8-15).

El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, erigió canónicamente la Casa Sacerdotal Cura Brochero; hogar de convivencia de varios presbíteros del clero arquidiocesano, en un sector del antiguo Seminario Menor, en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, de Los Hornos. Lo hizo mediante el decreto 097/2015, fechado este martes 11 de agosto, memoria litúrgica de Santa Clara, Virgen.
Mons. Aguer, y su Obispo auxiliar, Mons. Nicolás Baisi, quisieron compartir con los sacerdotes de allí este significativo paso para la Iglesia platense. Y concurrieron, en la noche del martes, a entregar una copia del respectivo decreto al Director de la Casa, y párroco de Sagrado Corazón de Jesús, de Los Hornos, padre José Luis Segovia; que, desde el comienzo, se desempeñó como Encargado de la misma. Con posterioridad, compartieron un emotivo ágape fraterno; en el que no faltaron jugosas anécdotas, sobre el nacimiento y desarrollo de dicho ámbito.
Desde hace dos años, en un sector del antiguo Seminario Menor, se desarrolla una experiencia de convivencia de varios presbíteros del clero arquidiocesano; conforme al Magisterio de la Iglesia, que promueve decididamente espacios de esta naturaleza. El propio Mons. Aguer bendijo el lugar como Casa Sacerdotal Cura Brochero, el 11 de agosto de 2013.
A dos años de aquel hecho, el Arzobispo platense consideró en el decreto «los frutos espirituales y pastorales alcanzados, y sobre todo el valor eclesial que implica la formación de una verdadera comunidad sacerdotal». Confirmó, igualmente las Normas Básicas de Convivencia, que Mons. Baisi redactó y comunicó a los miembros de la Casa, el 11 de febrero de 2014; y expresó, igualmente, su «beneplácito por las costumbres comunitarias que los mismos miembros han establecido».
Igualmente, el prelado dio «gracias al Señor por esta realidad providencial que ha surgido en el presbiterio arquidiocesano. Que la caridad fraterna, la reflexión y la oración en común animen a los miembros de la comunidad, y sus frutos se manifiesten en los respectivos ministerios pastorales».

Vida en común de los sacerdotes diocesanos

La Iglesia, desde siempre, dio directivas para promover y consolidar la vida en común de los sacerdotes diocesanos. Recientemente, lo hizo a través del Concilio Vaticano II (Lumen gentium, 28; Presbyterorum Ordinis, 8 y Christus Dominus, 30); y el Magisterio sucesivo, particularmente, en la exhortación de San Juan Pablo II, Pastores dabo vobis. En este último documento, el recordado papa (punto 81), sostiene que «son muchas las ayudas y los medios que se pueden usar para que la formación permanente sea cada vez más una valiosa experiencia vital para los sacerdotes. Entre estos hay que recordar las diversas formas de vida común entre los sacerdotes, siempre presentes en la historia de la Iglesia, aunque con modalidades y compromisos diferentes. Hoy no se puede dejar de recomendarlas vivamente, sobre todo entre aquellos que viven o están comprometidos pastoralmente en el mismo lugar. Además de favorecer la vida y la acción apostólica, esta vida común del clero ofrece a todos, presbíteros y laicos, un ejemplo luminoso de caridad y de unidad».
Los sacerdotes que residen en la Casa Sacerdotal «Cura Brochero» realizan los más diversos apostolados en parroquias, universidades, colegios, cárceles, hospitales, misiones populares y barrios periféricos. La vida en común les permite profundizar en su relación con el Señor, su Iglesia, y el presbiterio diocesano; y, también, ayudarse mutuamente en las múltiples actividades del ministerio.

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