Mons. Aguer clausuró el «Año Jubilar Teresiano», en el Carmelo platense.
El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, clausuró el Año Jubilar Teresiano, en el monasterio Regina Martyrum y San José, que las carmelitas descalzas tienen en 7 y 35. Lo hizo con la Misa Solemne en la fiesta de Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia; reformadora del Carmelo.
El prelado pidió que “este Jubileo por el Quinto Centenario de su nacimiento haya servido para ‘relanzar’ su figura. Y proponer, con pasión, el conocimiento de su vida, y la imitación de sus virtudes”.
Destacó que “ello urge, especialmente, en este mundo secularizado; en que el hombre busca prescindir absolutamente de Dios. Como lo han señalado los últimos papas, San Juan Pablo II, Benedicto XVI, y ahora Francisco, el hombre se ha vuelto autocreador, autoválido, autorreferencial. Y ello lo fue deshumanizando; se ha vuelto extraño a sí mismo”.
Apuntó, entonces, que “en esta emergencia antropológica, motivada por el destierro de Dios, Santa Teresa de Jesús nos muestra hasta dónde puede llegar un alma que busca a Dios, por los caminos de la santidad. Su vida, desde pequeña, estuvo marcada por la búsqueda intensa, constante y apasionada del Señor”.
Concelebraron con Mons. Aguer varios sacerdotes diocesanos y religiosos. Al término de la Santa Misa fueron veneradas las reliquias de Santa Teresa.
Concluida la celebración religiosa, Mons. Aguer y los sacerdotes fueron hacia el locutorio conventual a saludar a la Madre María Amada de Jesús, OCD, priora del Monasterio, y su comunidad. Luego hicieron lo propio los fieles laicos; quienes también les manifestaron su afecto y gratitud por ser el pulmón orante de la Arquidiócesis.
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