Los Tres Puntitos del quinto domingo del tiempo de Pascua
Domingo 5º de Pascua Ciclo B – 28 de abril de 2024
Primera lectura: Hch 9,26-31
Salmo: Sal 21,26b-28.30-32
Segunda lectura: 1Jn 3,18-24
Evangelio: Jn 15,1-8
Este Domingo y el próximo meditaremos la primera parte del capítulo 15 del Evangelio según San Juan. El texto de hoy presenta los ocho primeros versículos de dicho capítulo donde Jesús se autodefine como la vid verdadera. La vid es una planta común en Palestina. Requiere muchos cuidados por parte del viñador, en función de las particulares condiciones climáticas de aquella región. El dueño del campo se desvivía por su vid. Cuando una rama no da uvas debe ser cortada. El sarmiento es la rama o vástago que cada año brota del tronco de la vid. Si el sarmiento da frutos debe ser podado para que pueda dar más todavía.
La primera parte de esta alegoría nos invita a meditar en tres puntos fundamentales sintetizados en tres palabras: PERMANECER, FRUTO, PODA.
1. PERMANECER en Jesús
2. Para dar mucho FRUTO
3. Sabiendo que la PODA nos fortalece
1. PERMANECER en Jesús
Entre los versículos 4 y 7 aparece 8 veces la raíz del verbo griego menein que significa “PERMANECER unido”. Además, también está presente 3 veces al final de la segunda lectura (1Jn 3,18-24). El sentido de este verbo en su original griego no es tan estático y fijo como suena en nuestra lengua española, por ejemplo: PERMANEZCO en un lugar. El verbo menein implica un PERMANECER unidos de manera dinámica, dialógica, marcado por un ida y vuelta. Entonces, en el plano espiritual y en este texto, se presenta como una relación de diálogo con el Señor de Tú a tú. El Señor PERMANECE en nosotros, nosotros debemos buscar PERMANECER en Él. Se trata de PERMANECER unido de manera permanente en un constante e ininterrumpido diálogo y comunicación, un PERMANECER en constante flujo de renovación del vínculo.
¿Experimento desde la fe que el Señor PERMANECE siempre unido a mí? ¿Lo descubro especialmente en este Tiempo Pascual? ¿Busco PERMANECER unido a Jesús por la oración? En este año 2024 dedicado especialmente a la vida de oración: ¿Cómo es mi oración? ¿Es vital, dialogante, fecunda, ungida…? ¿Es dinámica en ese “ida y vuelta” que se da en una verdadera relación de amistad? ¿Qué implica para mí hoy PERMANECER en Jesús? ¿Elijo sinceramente PERMANECER en Él?
2. Para dar mucho FRUTO
En el relato aparece 5 veces la palabra FRUTO, acompañada del verbo dar: “dar FRUTO”. Esto es lo propio de la vida cristiana: “dar FRUTO”, la fe que se expresa en el amor, la fe que se manifiesta en las obras, el FRUTO del Espíritu en la vida cotidiana. Es un signo claro del verdadero discípulo, de aquel que realmente permanece en Jesús. Si una persona dice que está unida a Jesús, que permanece en Él, vamos a encontrar en ella FRUTOS de amor, verdad, perdón, compromiso, diálogo, justicia, misericordia y paz. Dar FRUTOS es el signo distintivo de los auténticos profetas del Señor. En un mundo donde hay tantos falsos profetas, este es un muy buen criterio para discernir quién realmente nos habla en nombre de Dios y de sus valores.
¿Doy FRUTO de vida cristiana? ¿Qué FRUTOS de vida de discípulo de Jesús ven los demás en mí? ¿Qué FRUTOS he logrado dar por el poder de la gracia de Cristo en mi vida? ¿En qué ámbito de mi vida debo crecer para dar más FRUTO todavía? ¿En dónde falta dar más FRUTO en mis ambientes habituales? ¿Ayudo a mis hermanos para que den FRUTO de vida evangélica en la vida cotidiana?
3. Sabiendo que la PODA nos fortalece
Al comienzo del relato se habla de la PODA. La PODA es la acción de recortar parte de los brotes o ramas de un árbol para que sea fortalecido y dé más fruto. En perspectiva simbólica, aplicada a la vida de las personas, la PODA es algo doloroso porque implica el corte de algo que nos pertenece. La PODA implica que algo de cada uno de nosotros es arrancado. La PODA es similar a la imagen del grano de trigo que para dar fruto debe morir (cf. Jn 12,24). Para que nuestra vida espiritual sea fortalecida el Señor permite la PODA, es decir alguna experiencia de cruz, dolor o sufrimiento que vivido desde Dios nos hace crecer y madurar. No siempre es fácil aceptar la PODA en la propia vida o en la vida de las personas que se ama. Pero la PODA siempre tiene un sentido pascual y de vida eterna. No hay muchas explicaciones teóricas para entender la PODA. Lo más saludable es mirar a Jesús, el Señor y Mesías, en la Cruz y desde ahí experimentar en clave espiritual lo que Dios puede querer con la PODA en cada momento de nuestra vida.
¿Experimento la PODA de Dios en mi vida? ¿En qué circunstancias…? ¿Cuál es mi actitud? ¿Me rebelo, me enojo, me disgusto, me deprimo…? ¿Vivo con Jesús mis experiencias de PODA? ¿Me dejo fortalecer por el Señor cuando experimento la cruz y la PODA? ¿Dejo que la PODA sea causa de crecimiento, fortaleza y maduración espiritual? ¿Ayudo a los demás en los momentos que están viviendo una situación de PODA?
+Mons. Gabriel Mestre
Arzobispo de La Plata
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