La Fundación Santa Ana presentó un libro póstumo de Andrés Alemán.
En torno al primer año de su fallecimiento, tuvo lugar, en el museo Beato Angélico de la Universidad Católica de La Plata (UCALP), un acto en homenaje al arquitecto Andrés Alemán, quien fue profesor, decano, y luego delegado rectoral en la sede de Bernal de dicha Universidad. Organizaron el evento, en forma conjunta, la Universidad y la Fundación Santa Ana,;de la cual el homenajeado fue director los últimos años de su vida.
Con este marco se presentó, a su vez, un libro de poemas de su autoría, bajo el título “Memorario”; con el cual se inauguró la colección de Textos Poéticos de la Fundación Santa Ana. Compartieron sentidas palabras representantes de ambas instituciones.
El Arquitecto Raúl Meda, actual decano de la Facultad de Arquitectura, afirmó estar “recordando a un compañero, pero también a un querido amigo. Y, viendo la concurrencia, podemos notar que fue alguien que supo tener muchos amigos…”. Invitó, igualmente, a “tenerlo presente con una sonrisa, porque así es como siempre lo veíamos a él”.
Luego el seminarista Santiago Alemán, hijo del homenajeado, hizo una introducción a la colección de poemas. «En ellos -sostuvo- se descubre la actitud poética de buscar, en la propia vida, en el propio corazón, con la palabra como instrumento y como luz, el sentido más hondo del existir humano». Sobre el título “Memorario”, que lleva la compilación, dijo: “El poeta que ve y recuerda, que hace memoria, es también quien ama y cuida los nombres”. Y agregó: “ciertamente papá ejerció con sencillez y alegría este oficio de poeta: el buscar incansablemente llamar a las cosas por su nombre”.
Seguidamente habló el profesor Claudio Mayeregger, presidente de la Fundación, quién explicó la iniciativa de lanzar una colección poética, y desarrolló sucintamente la noción clásica de poesía, que «consiste en hacer patente el ser de las cosas”. Añadió que “por eso es una actividad fundamental del existir humano, una necesidad vital (…) Y, en tanto se orienta a descubrir, con admiración, todo lo creado, es próxima a la alabanza… Surge de la relación del hombre con el Dios verdadero, y es por eso una actividad teologal”. Y sobre la vida del arquitecto Alemán, afirmó: “La poesía es también, como lo vemos en él, para el prójimo; es un cierto servicio, y, por ello un acto de caridad”. Concluyó diciendo que “nos alegra el poder dar comienzo a esta colección poética, con este poemario de Andrés Alemán.”
Por último, Matías Alemán, el hijo mayor de Andrés, agradeció a todos los presentes. Y dijo: “Les comparto una conclusión personal…Al trabajar con estos poemas pude ver algo que era constante en el mensaje de mi papá: el valor de la familia, de la comunión. Espero que ustedes también puedan descubrirlo.”
El acto concluyó con un recitado de algunos poemas, y la proyección de las ilustraciones que acompañan el libro. Las mismas fueron realizadas por el arquitecto Alejandro Denis y Juan Alemán.
Comprometido militante católico
Hijo mayor de una familia de nueve hermanos, Alemán nació el 30 de abril de 1962, en La Plata; y falleció, repentinamente, en la misma ciudad, el 30 de octubre de 2015.
Desde muy temprano mostró su sensibilidad por las artes. Y, durante su conscripción, en Puerto Belgrano, escribió poesías y cuentos; que se editarían en 1981, con el nombre de “Estaciones”. Asimismo, en 1996, con su tío abuelo, Fernando Lecuona de Prat, escribió el libro “El Balcón que llegó de Las Islas“, sobre la arquitectura de Salta.
Estudió Arquitectura en la Universidad Nacional de la Plata. Y ejerció la docencia como profesor titular de la cátedra Teoría de la Arquitectura y de Morfología, en la Universidad Católica de la Plata.
Fue Vicedecano de la Facultad de Arquitectura de la UCALP. Y se desempeñó, también, en distintos cargos públicos de la Municipalidad platense, y de la provincia de Buenos Aires.
Católico comprometido y militante, constituyó junto a su esposa una verdadera familia cristiana, con siete hijos; uno de ellos, Santiago, seminarista del Seminario Mayor San José de La Plata. Vecino de muchos años de City Bell, fue activo integrante de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús; donde formaba parte de la Adoración permanente al Santísimo Sacramento.
Atenta concurrencia en el Beato Angélico.
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