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Festejó sus Bodas de Oro sacerdotales Mons. Rodolfo O’ Neill.

Palabras de gratitud de Mons. O' Neill, en sus Bodas de Oro sacerdotales.

Palabras de gratitud de Mons. O’ Neill, en sus Bodas de Oro sacerdotales.

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El Pro-Vicario General de la Arquidiócesis de La Plata, Mons. Rodolfo O’ Neill, festejó sus Bodas de Oro Sacerdotales, con una Santa Misa celebrada en el Colegio Eucarístico de la capital bonaerense. La Eucaristía estuvo presidida por el Obispo auxiliar de La Plata, Mons. Nicolás Baisi; con quien concelebraron el otro obispo auxiliar platense, Mons. Alberto Bochatey, OSA, y una treintena de sacerdotes. En la celebración se leyeron palabras de reconocimiento que envió el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer. Y, al término de la Eucaristía se compartió un ágape fraterno en el colegio San Vicente de Paúl.

En su homilía, Mons. Baisi subrayó que «el Sacerdote es puesto en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios… Eso es lo que cada uno de nosotros hemos podido experimentar en el padre Rodolfo. Todos nosotros conocemos la Gracia y la misericordia de Dios. Pero, más que nadie, un Sacerdote puede decir te doy gracias Señor por tu amor, no abandones la obra de tus manos…Nosotros también damos gracias a Dios por el amor que nos ha manifestado en tu sacerdocio, Rodolfo; y le pedimos, que no abandone la obra de sus manos».

Reconocimiento de su cercanía y lealtad

Por su parte, Mons. Aguer reconoció la cercanía y lealtad de Mons. O’ Neill. Su mensaje dice textualmente:

Estimado Mons. Rodolfo:

Soy testigo del fervor con el que, desde hace tiempo, estás preparando la celebración de tu cincuentenario sacerdotal. Es ese un signo de la fe, del amor, de la alegría con que has vivido el ministerio recibido en múltiples encargos pastorales. Por mi parte, la felicitación va unida al agradecimiento por tu cercanía y lealtad en la colaboración directa que me has brindado y aun me otorgas como Pro-Vicario General.

Yo debía estar presente esta mañana, pero las consecuencias del accidente sufrido no me lo permiten. Mons. Nicolás Baisi me representa sobradamente bien, además de ofrecerte él su propio homenaje. Te acompaña también Mons. Bochatey. Sin embargo, he querido dirigirte este saludo como prueba de mi gratitud y de mi afecto. También de mi deseo, de mi auspicio esperanzado: ¡ad multos adhuc annos!, como solía decirse. ¡Por muchos años más, todavía! Que la Providencia del Señor te conceda continuar viviendo con frutos y gozos el Sacerdocio gratuitamente recibido, para bien de la Iglesia, de nuestra Iglesia Platense.

Te encomiendo a la protección de la Virgen Santísima y de San José y te pido un recuerdo de mí en tu oración de súplica, alabanza y acción de gracias.

Antes de concluir la Misa, Mons. 0′ Neill agradeció, en primer lugar a Mons. Aguer; a sus dos obispos auxiliares; a los sacerdotes concelebrantes; a las religiosas y consagradas presentes, y a los seminaristas. Igualmente se dirigió, de un modo muy especial, a los laicos presentes.

«Tras cada uno de ustedes -les dijo- veo una parroquia, un movimiento de apostolado, una institución o un momento circunstancial o perdurable en el tiempo. Pero que en total abarcan estas cinco décadas; que tanto agradezco al Señor me haya permitido vivir con mucha entrega ministerial».

Concluyó enfatizando, con inocultable emoción: «¡Qué hermoso es ser Sacerdote!. ¡Qué grandioso ha sido que la Iglesia nos haya invitado a consagrar generosamente nuestra vida ministerial mediante el celibato por el Reino de los Cielos, que nos permite inmediatamente ir adonde la Iglesia nos necesite, sin ataduras terrenas y demoras!. Hermanos: ¡Vale la vida ser Sacerdote para servirlos a todos!. ¡Muchas gracias!».

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