En una jornada llena de alegría, paz y esperanza, se realizó la tradicional Fiesta de las Rosas

El pasado sábado 13 de noviembre, el Santuario Arquidiocesano María Rosa Mística llevó a cabo la tradicional Fiesta de las Rosas, en la que participaron muchas personas pertenecientes a la comunidad parroquial de Ntra. Sra. De la Victoria y de diferentes localidades de la provincia, quienes acompañaron la procesión de la Virgen de la Rosa Mística por las calles del barrio, junto también a la figura de San José.

Al término de la misma, el párroco Henry Zegarra celebró la Eucaristía en las afueras del templo y a fin de respetar todos los protocolos de prevención vigentes por la pandemia. En la Homilía, el Padre Henry recordó que «en este día tan singular celebramos a nuestra madre en la Fiesta de las Rosas, en este Santuario que acoge todos los días a los peregrinos, que abre sus puertas para que ninguno de aquellos que se sientan hijos de María puedan dejar de decir sus oraciones, puedan dejar de poner a los pies de aquella que entiende qué es lo que les pasa en sus situaciones personales”.

“Por esa razón estamos aquí, para renovar nuestro amor, nuestra fe, nuestra devoción en aquella a la que llamamos con el más bello de los títulos: Madre. No hay un título más hermoso que esté, Madre, porque es Nuestra Madre», exclamó el Padre Henry, quien al mismo tiempo expresó que «este Dios que ha hecho el cielo y la tierra, esta creación tan bella, nos ha querido regalar de su jardín precioso, la más preciosa de sus rosas que es su hija preferida, que es nuestra Madre del Cielo”.

En ese sentido, señaló que “por eso nosotros también cuando nos acercamos a ella, podemos contemplar en ella la belleza profunda de alguien que ha sido dócil y obediente al designio amoroso de Dios».

Al finalizar la celebración de la Eucaristía, se bendijeron las rosas y otras flores y también se repartieron los pétalos entre los enfermos y necesitados como un gesto orientado a acercar la amorosa presencia de María a cada hogar.