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Emotivo adiós a la Madre María del Carmen de Jesús, OCD.

Al presidir la Santa Misa de cuerpo presente, en sufragio de la Madre María del Carmen de Jesús, OCD, en el convento carmelita de 7 y 35, el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, ponderó la fe y la entrega de la anciana religiosa, fallecida este miércoles 8 de enero, a los 82 años. El prelado llamó a las jóvenes carmelitas a imitar su ejemplo, y sostuvo que «nos enseñó cómo debe vivir y cómo debe partir al encuentro de su Señor, una consagrada».
Este jueves 9, a las 18, el Obispo auxiliar de La Plata, Mons. Alberto Bochatey, presidirá la Santa Misa exequial. Por su parte, el también Obispo auxiliar, Mons. Nicolás Baísi, quien todos los días celebra la Santa Misa, en el Carmelo, a las 7.30, hizo llegar a la Madre Superiora y toda la comunidad, la seguridad de sus oraciones y cercanía.

Su amor a la Palabra y a las letras

Nacida en Chivilcoy el 16 de julio de 1931, día de Nuestra Señora del Carmen, entró en el convento platense en 1960, luego de recibirse de Licenciada en Letras. «Amó a la Palabra hecha carne -indicó una religiosa- con toda su alma. Fue una verdadera amante esposa de Jesucristo. Y vio en las letras un camino privilegiado para cantar la belleza y las maravillas del Señor».
Hizo sus votos perpetuos en 1965. Y fue Maestra de Novicias durante doce años. Asimismo, fue Priora durante 18 años, hasta 2008.
El agravamiento de su enfermedad la mantuvo en silla de ruedas este último tiempo. De cualquier modo, asistió hasta el último día de su vida a la Santa Misa; y aunque ya casi ni podía alimentarse, hizo su última Comunión fervorosa pocas horas antes de su pascua. La partida hacia la Casa del Padre la encontró plenamente lúcida, rodeada de todas las Hermanas; que cantaron en torno a su lecho el Credo y la Salve Regina. «Nos regaló, hasta el final -confió una de sus hijas dilectas-, la serenidad y la alegría de una fe sin fisuras, rodeada de permanentes consuelos del Señor».
A lo largo del día se celebraron varias misas en el Carmelo. Numerosos Sacerdotes que la habían conocido y tratado, pusieron de relieve sus reconocidas dotes humanas y cristianas. Y uno de ellos confió que «en la madrugada de hoy, al abrir el Breviario, para rezar el Oficio de Lectura, me encontré providencialmente con una antiquísima estampa italiana de Nuestra Señora del Carmen, para pedir por las Almas del Purgatorio».
Otro Sacerdote que, por lo general, ante la ausencia de Mons. Baísi, celebra la Misa conventual, destacó que «Dios ha querido llamar a su encuentro, con diferencia de pocas horas, al querido Mons. Jorge Schoeffer y a la Madre María del Carmen de Jesús. ¡Cómo le estarán pidiendo al Señor, a través de su amado San José, por las vocaciones sacerdotales y religiosas!…»

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