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El Papa Francisco nombró a Mons. Bochatey, Miembro Ordinario de la Pontificia Academia para la Vida

 

 

Mons. Alberto Bochatey, OSA, Obispo auxiliar de La Plata.

 

El Papa Francisco ha nombrado Miembro Ordinario de la renovada Pontificia Academia para la Vida (PAV) a S.E.R. Mons. Alberto G. Bochatey, OSA, Obispo Titular de Monte de Mauritania y Obispo Auxiliar de La Plata, Vice Canciller de la Universidad Católica de La Plata, Presidente del Instituto para el Matrimonio y la Familia de la UCA y Profesor de Bioética.

Cabe destacar que junto a Mons. Bochatey, el Santo Padre ha nombrado también Miembro Ordinario al Rabino Prof. Fernando Szlajen, Director del Departamento de Cultura de la AMIA, Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, siendo los únicos nombramientos de argentinos.

El Papa Francisco, en el artículo I de los nuevos Estatutos de la Pontificia Academia para la Vida,  otorga el encargo de defender y promover la vida humana a través de la investigación científica, la formación y la educación de los creyentes, y la comunicación de cuestiones relacionadas con la vida dentro de la Iglesia y al mundo en general.

 

Los nuevos Estatutos de la PAV, entrados en vigor el pasado 1º de enero, requieren un mayor compromiso por parte de los miembros con la enseñanza provida de la Iglesia.  Los antiguos Estatutos contenían solo una invitación, no un requerimiento; los nuevos Estatutos están redactados de manera que expresan ese compromiso con más claridad y con más fuerza.

El mayor desafío de la Academia es, y será siempre, ayudar al mundo a entender el significado de la vida y su destino espiritual.  La Academia debe ser capaz de expresar claramente lo que significa ser persona y debe presentar una visión atractiva del amor humano.

En declaraciones con motivo de los nuevos nombramientos de la PAV, el Presidente de la misma, S.E.R. Mons. Vincenzo Paglia, dijo: “los miembros no solo son talentosos y expertos, sino también verdaderamente representativos de todos los que valoran la vida humana en todas sus etapas, los que entienden las alegrías, tristezas, desafíos y satisfacciones de la vida, y los que están comprometidos con la realización de los grandes objetivos para los que Nuestro Señor ha traído la vida misma al mundo.  Como académicos, debemos examinar a fondo las preguntas, las ideas y la oposición que la sociedad plantea a la comprensión cristiana de la vida. Debemos liberar nuestras discusiones de los supuestos simplistas. Debemos ser apasionados en nuestro amor a la verdad objetiva. Vamos a trabajar por una cultura que sea capaz de reunir y añadir valor a todas aquellas tradiciones que hablan con verdad y amor sobre la condición humana, y promover acciones positivas concretas dondequiera que el significado y el valor de la vida estén en riesgo o cuestionados”.

Agregó que “la Iglesia convoca al trabajo de este cuerpo de científicos y académicos comprometidos y con talento, que tienen una influencia positiva en sus comunidades profesionales.  Gracias a la semilla plantada hace siglos por el aprendizaje judeo cristiano y el servicio a la humanidad, los valores de la libertad y la dignidad personal han florecido y han traído grandes bienes a nuestras vidas, nuestros matrimonios y nuestras familias”.

Mons. Bochatey expresó su alegría por el nombramiento. Y agradeció al Papa Francisco “por esta nueva muestra de confianza, en nuestra disponibilidad y servicio en la causa de la vida”.

 

 

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