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Con Santa Teresa de Calcuta, campaña provida del Colegio San Vicente de Paúl.

Con Santa Teresa de Calcuta como emblema, el Colegio San Vicente de Paúl, calle 43 y Diagonal 80, de La Plata, lanzó una campaña provida para toda su comunidad educativa; frente a la iniciativa para despenalizar el aborto, promovida por el gobierno nacional. Los afiches buscan alentar la responsabilidad de los adultos, y ayudar a vivir a los niños por nacer.

Mundialmente famosa como ícono de la caridad, la Madre Teresa -como se la conoce comunmente- intervino en el Desayuno de Oración Nacional que se celebra cada año en Washington, Estados Unidos, el 3 de febrero de 1994, ante los gobernantes y la clase dirigente norteamericanos. La fundadora de las Misioneras de la Caridad proclamó, con valentía, la verdad sobre el abominable crimen del aborto, como lo definiera el Concilio Vaticano II.

En su discurso ante el entonces presidente Bill Clinton, su esposa, Hillary Clinton, el vicepresidente Al Gore, y otros funcionarios, la religiosa calificó al aborto como el mayor enemigo de la paz. Sostuvo, al respecto, que «la amenaza más grande que sufre la paz hoy en día es el aborto, porque el aborto es hacer la guerra al niño, al niño inocente que muere a manos de su propia madre. Si aceptamos que una madre pueda matar a su propio hijo, ¿cómo podremos decir a otros que no se maten? ¿Cómo persuadir a una mujer de que no se practique un aborto? Como siempre, hay que hacerlo con amor y recordar que amar significa dar hasta que duela”.

Agregó que “Jesús dio su vida por amor a nosotros. Hay que ayudar a la madre que está pensando en abortar; ayudarla a amar, aun cuando ese respeto por la vida de su hijo signifique que tenga que sacrificar proyectos o su tiempo libre. A su vez el padre de esa criatura, sea quien fuere, debe también dar hasta que duela”.

Dijo, igualmente, que  «al abortar, la madre no ha aprendido a amar; ha tratado de solucionar sus problemas matando a su propio hijo. Y a través del aborto, se le envía un mensaje al padre de que no tiene que asumir la responsabilidad por el hijo engendrado. Un padre así es capaz de poner a otras mujeres en esa misma situación. De ese modo un aborto puede llevar a otros abortos. El país que acepta el aborto no está enseñando a su pueblo a amar sino a aplicar la violencia para conseguir lo que se quiere. Es por eso que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto”.

La religiosa, entonces, pidió a las mujeres que, si pensaban abortar a sus hijos, se los dieran a ella: “El mayor regalo que Dios le ha dado a nuestra congregación es luchar contra el aborto, mediante la adopción. Ya hemos dado, solo en nuestro hogar en Calcuta, más de tres mil niños en adopción. Y puedo decirles cuánta alegría, cuánto amor y cuánta paz han llevado estos niños a esas familias. Han sido un verdadero regalo de Dios para ellos y para nosotros”.

Ejemplificó, al respecto, que «uno de los pequeños estaba muy enfermo, así que les pedí a los padres que me lo devolvieran y que les daría uno sano. Pero el padre me miró y me dijo: ‘Madre Teresa, llévese mi vida antes que el niño’. Es hermoso ver cuánto amor, cuánta alegría ha llevado ese niño a esa familia… Recen por nosotros para que podamos seguir con este hermoso regalo. Y también les hago una propuesta: nuestras hermanas están aquí, si alguno no quiere un hijo, dénmelo, yo sí lo quiero”.

Ante los hombres más poderosos de la tierra, la diminuta Misionera de la Caridad remató que la mayor pobreza no la encontró en los barrios marginales de Calcuta, «sino en los países más ricos cuando falta el amor; en las sociedades que permiten el aborto. Para mí, las naciones que han legalizado el aborto son las más pobres, le tienen miedo a un niño no nacido y el niño tiene que morir… Que ningún niño sea rechazado; que ningún niño no sea amado; que ningún niño sea asesinado y tirado a la basura”.

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