Los Tres puntitos del Domingo 25 de febrero-Segundo del Tiempo de Cuaresma
Domingo 2º Cuaresma Ciclo B. 25 de febrero de 2024
Primera lectura: Gn 22,1-2.9-13.15-18
Salmo: Sal 115,10.15-19
Segunda lectura: Rom 8,31b-34
Evangelio: Mc 9,2-10
En el segundo Domingo de Cuaresma contemplamos el Misterio de la Transfiguración del Señor. Acontecimiento que aparece narrado en los tres evangelios sinópticos y que hoy contemplamos en la versión de San Marcos. Se trata de una teofanía, es decir de un relato de manifestación de Dios, manifestación del poder y la gloria de Dios. La luminosidad, la blancura, el monte elevado, la nube y, sobre todo, la voz del Padre, dan cuenta de esta realidad teofánica.
El Señor lleva consigo a Pedro, Santiago y Juan y les hace experimentar de forma anticipada su gloria como Dios antes de su resurrección. Intenta así fortalecerlos en la fe para que la Pasión y la Cruz no los escandalice, no los aparte del camino y del discipulado. A la luz de la Palabra de Dios propongo tres puntos para meditar y orar sintetizados en tres palabras: UBICADOS, MEMORIA, ESCUCHAR.
1. UBICADOS entre el monte de la transfiguración y el valle del Getsemaní
2. MEMORIA agradecida de las experiencias de transfiguración
3. ESCUCHAR hoy también la voz del Hijo
1. UBICADOS entre el monte de la transfiguración y el valle del Getsemaní
La transfiguración es el momento luminoso de la experiencia de la gloria de Dios en nuestra vida. Todo es diáfano y claro, no se duda, todo está confirmado y despejado: la fe es firme y experimentamos de modo evidente que Dios está con nosotros, nos ama y nos protege. Getsemaní representa la experiencia contraria: asoma la duda, se hace presente la angustia de muerte, la sequedad, la aridez, el abandono, la aparente ausencia de Dios… Nuestra vida se desarrolla y UBICA constantemente entre experiencias de transfiguración y de Getsemaní más o menos sostenidas. A veces en su totalidad. En otras circunstancias, algunos ámbitos, están más marcados por la transfiguración y otros por Getsemaní…
Mirando mi vida hoy: ¿Dónde estoy UBICADO? ¿En la luminosidad de la transfiguración o en la oscuridad de Getsemaní? Revisar los diversos ámbitos de la vida. Tal vez en algunos aspectos haya más transfiguración y en otros más Getsemaní. Detectar las experiencias de claridad y seguridad en el camino así como las tinieblas y las incertidumbres de este momento de la propia vida.
2. MEMORIA agradecida de las experiencias de transfiguración
En este punto propongo mirar el pasado más lejano y también el más inmediato y hacer MEMORIA agradecida de los momentos de transfiguración que el Señor nos ha regalado. Es decir, esos momentos donde todo es claro y no se duda, donde se tienen las fuerzas espirituales necesarias para encarar con decisión los pequeños o grandes desafíos de la vida. Hacer MEMORIA de los momentos de transfiguración por dos motivos fundamentales:
a. Para dar gracias a Dios por estos hermosos regalos que nos ha hecho a lo largo del camino.
b. Para nutrirnos de esos momentos fuertemente espirituales y de encuentro con el Señor. Para así, cargar las pilas, alimentar las baterías, nutrir la MEMORIA para el momento de cruz, la prueba, la sequedad; para los tiempos de Getsemaní en nuestra vida.
¿Cuáles han sido en mi corta o larga vida los principales momentos de «transfiguración» que Dios me ha regalado? ¿Tengo MEMORIA agradecida a Dios por esos momentos? ¿Le doy realmente gracias al Señor recordándolos y llenando mi MEMORIA de esos recuerdos? ¿Con qué alimento mi MEMORIA? ¿Dejo que estas experiencias de luz me alimenten interiormente? ¿Vuelvo a recordarlas sobre todo en los momentos de duda, de angustia, cruz u oscuridad? ¿Dejo que la luz de la transfiguración ilumine mi Getsemaní…?
3. ESCUCHAR hoy también la voz del Hijo
En el marco del relato teofánico de la transfiguración de Jesús lo más importante es la confirmación del Padre que nos invita a ESCUCHAR al Hijo. Debemos responder teniendo como gran desafío de este tiempo de Cuaresma 2024 el ESCUCHAR la voz de Jesús. ESCUCHAR su Palabra que hoy se dirige de forma personal y directa a nuestro corazón. Lograr que nuestro tiempo cuaresmal esté marcado por una búsqueda sincera de ESCUCHA de su Palabra que nos reconcilia, nos renueva y nos da vida en abundancia.
¿ESCUCHO a Dios en la Palabra escrita, la Biblia? ¿La leo frecuentemente con espíritu de fe y buscando vida en sus textos? ¿Me concentro debidamente en la Misa cuando se leen los textos bíblicos? ¿Oro con la Sagrada Escritura en la fe de la Iglesia? ¿Busco durante la semana hacer la Lectio Divina, la lectura orante de la Biblia, con el Evangelio de cada Domingo? ¿Intento llevar a la práctica aquello que leo y oro en la Palabra de Dios?
+Mons. Gabriel Mestre
Arzobispo de La Plata
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