La Madre da a luz un año mejor
El 31 de diciembre, el Arzobispo Víctor Fernández fue a despedir el año a la Parroquia «Beata María Ludovica», en Tolosa. Allí presidió la Misa junto con el párroco Cristian Agüero, y propuso una manera diferente de terminar el año y de empezar el nuevo.
En la Homilía, Mons. Fernández pidió que “no dejemos que nos invadan el nerviosismo, la ansiedad, la angustia, las broncas, los miedos”, porque “hoy es el día para echar afuera todo eso y esta Misa es la ocasión para pedirle a Jesús que arranque todo eso, que nos limpie con su fuego y se lleve lejos todo lo que nos hace daño por dentro”. Seguidamente, remarcó que “estamos en el nacimiento de un año nuevo” y “por eso los cristianos lo empiezan con la figura de una madre”. “La Iglesia Católica celebra en este día a María como Madre de Dios. Cuando Dios se hizo niño quiso una madre y se la preparó. María no tuvo un niño cualquiera y por eso tampoco es una madre cualquiera. Ella es la madre que da a luz un nuevo comienzo, una vida nueva, la que da a luz otro intento esperanzado. Ella es también la madre del nuevo año, que da a luz un montón de esperanzas”, recordó el Arzobispo. Dijo que “todos podemos renacer de su vientre, renacer de ella más fuertes, más sanos, más libres. Aceptemos renacer hermanos, metámonos dentro de María y dejemos que nos dé a luz de nuevo, más sanos, más serenos, más alegres, más buenos, más generosos». Luego, mirando hacia la asamblea presente en la Misa, Mons. Fernández se refirió a la paz en su sentido más rico, paz con uno mismo, con los demás y con Dios. “Es paz con uno mismo porque uno a veces se echa tierra encima, no se valora, se achica cuando algo le sale mal. También es paz con los demás. Cuando nos aceptamos a nosotros mismos ya no necesitamos demostrar que somos mejores y podemos aceptar también a los demás. Y si estamos en paz con los demás nos volvemos capaces de caminar con ellos, de luchar con los otros, nunca solos. Ese es nuestro sueño. Es el sueño comunitario de los cristianos”, afirmó el arzobispo. Además, reflexionó que “esta paz también es hacer las paces con Dios, con nuestro Padre que nos dio la vida. No le tengamos miedo, no escapemos de él, es Padre que nos quiere y por eso nos está dando la vida ahora mismo. Si alguien encuentra la paz con Dios, entonces puede haber paz en todo su ser”. Finalmente, el arzobispo dijo que “hoy nos sentimos llamados a aceptarnos a nosotros mismos, a respetarnos, a valorarnos, y a empezar de nuevo con Jesús” y pidió “que el Señor derrame su gracia para que podamos vivir un año lleno de fe, de esperanza y de amor”.[pdf-embedder url=»https://www.arzolap.org.ar/wp-content/uploads/2022/01/ANO-NUEVO.pdf» title=»AÑO NUEVO»]
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