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Mons. Jorge E. González fue ordenado Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de La Plata

Este martes 15 de Septiembre, en la Iglesia Catedral, Mons. Jorge E. González fue ordenado Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de La Plata, en una emotiva celebración que fue presidida por el Arzobispo Víctor Manuel Fernández y de la que participaron muchos fieles a través de la transmisión en vivo por diferentes plataformas virtuales.

En una emotiva celebración, el Arzobispo Víctor Fernández le confirió la plenitud del Sacramento del Orden al padre Jorge E. González, quien el pasado 5 de Junio de 2020 fue nombrado por el Papa Francisco, obispo titular de Alesa y auxiliar de la Arquidiócesis de La Plata.

Junto a Mons. Fernández, fueron co-consagrantes el Arzobispo emérito de Bahía Blanca, Mons. Guillermo Garlatti; el Obispo de Mar del Plata, Mons. Gabriel Mestre y el obispo auxiliar de La Plata, Mons. Alberto Bochatey OSA. Además estuvo presente el Arzobispo emérito de Tucumán, Mons. Alfredo Zecca.

También estuvieron presentes el intendente de la ciudad de La Plata, Dr. Julio Garro; el ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires, Julio Alak, y el Secretario de Gobierno municipal, Marcelo Leguizamón, entre otras autoridades.

En la Homilía, Mons. Fernández expresó ante el nuevo obispo: “Te toca ser sucesor de los Apóstoles en un tiempo muy diferente a los 1700 años anteriores. Percibimos como nunca nuestra propia fragilidad y nuestros límites”.

El Libro de los Evangelios sobre Mons. Jorge González.

 

Sin embargo, el Arzobispo resaltó la importancia de que “miremos la otra parte: En esta cuarentena la Iglesia de esta Arquidiócesis no abandonó a la gente, hubo muchos sacerdotes atendiendo gratis las necesidades espirituales de las personas que se acercaron, Caritas en muchos lugares desplegó una enorme labor cerca de los más pobres, hemos acompañado humildemente los comités de los distintos barrios, donde nos dejaron entrar hemos estado cerca de los enfermos y el servicio sacerdotal de urgencia funcionó todas las noches. Ese es nuestro poder, muchas veces invisible a los ojos del mundo, ninguneado y despreciado. Esa es nuestra gloria, pequeños como somos pero infinitamente amados”.

Seguidamente, el Arzobispo destacó que “esto nos ayuda a afinar la mirada y a descubrir que lo que ocurre en esta ordenación no es cuestión de mitras y de inciensos, de glorias mundanas o de poder humano. Es sencillamente ser receptivos ante el don del Espíritu Santo que esta noche se derrama”.

En esa línea, Mons. Fernández afirmó también que “la ordenación del Obispo es al mismo tiempo un desposorio, donde estrechás más que nunca tus lazos con la Iglesia entera. No te podés separar y decir: ‘Ah eso a mí no me toca’. No te ordenás para mostrarte, para salvarte vos, para mostrar que sos diferente. Te ordenás para que la suerte de la Iglesia sea la tuya. Porque Cristo te la encomienda, y él ha dicho que la Iglesia es su esposa amada”. “Y te ordenás porque te lo propuso el Papa Francisco, y te lo propuso para que lo acompañes en el camino que él presenta en Evangelii gaudium”, continuó el Arzobispo.

En tanto, pidió para “que el Espíritu Santo en este día fortalezca tu confianza (por Mons. González). La vas a necesitar, porque bien dijo San Agustín que el Episcopado es un peso, una carga pesada. Es imposible tener todo bajo control, todo cerrado con moñito, todo ordenado y asegurado, y tenés que vivir con una buena cuota de incertidumbre y humildad”.

Luego, Mons. Fernández se preguntó en voz alta: “¿Pero acaso no es así la vida de los laburantes, que no saben si el mes que viene tendrán trabajo, que temen por sus hijos y a veces les da miedo que salgan a la calle, que no saben cómo ayudar a sus seres queridos?”.

“Sin embargo tenés la certeza de que, por la gracia de Dios aun de los fracasos, cruces y humillaciones Dios sacará algo bueno de vos para su pueblo”, reflexionó el Arzobispo.

Y finalizó: “Para nosotros hoy es día de alegría, porque la ordenación no es un diploma que él suma en su carrera, no es para que digamos: ‘¡Qué bien Jorge!’. El orden sagrado es un don completamente orientado al bien del pueblo de Dios. Por lo tanto, a partir de hoy habrá más gracia para cada uno de nosotros, habrá más gracia para el mundo”.

Por su parte, el nuevo obispo, Mons. Jorge E. González, recordó que “aunque desde hace un tiempo no muy largo esta Catedral ha sido ‘mi casa’, esta tarde acabo de entrar como peregrino”.

“Como peregrino traigo en mis espaldas los pasos que he dado desde niño en los rincones de la vida de esta Iglesia que camina en La Plata. Soy platense de varias generaciones y mis raíces familiares se entremezclan en la historia de esta ciudad. Entro como peregrino y salgo como nuevo peregrino, consagrado pastor al estilo de Jesús herido, muerto y resucitado. Con un anillo de fidelidad, una cruz en el corazón, un bastón para guiar y apoyarme…”, reflexionó Mons. González.

 

Mons. González durante el rito de la ordenación. Foto: Gentileza de Media Iglesia Catedral.

 

Y recordó: “Hace años me postré en este mismo suelo, como tantos de ustedes, queridos curas…abrazamos esta tierra para que recibiese nuestra vida y ser así ordenados. Muchos hoy están acá, otros que, aunque estén lejos físicamente, también los siento presentes, reconociendo también esa comunión misteriosa entre aquellos que han abierto camino antes en esta misión y en esta Iglesia, y ya duermen en la paz de Cristo”.

“Los obispos no son nada sin los curas. Por eso les pido que sigan estando cerca, compartiendo mis alegrías, enseñándome, acompañándome en mis sufrimientos, aceptándome en mis límites, brindándome cariño sincero. Los necesito. ¡Ténganme paciencia!”, enfatizó, Mons. González.

Asimismo, el nuevo obispo expresó: “Estoy conmovido por la alegría que noto en tantos, y por los gestos y palabras de aliento y cercanía que me han manifestado en este tiempo. Interpreto que son signos que confirman… me dicen que ustedes son manos del Espíritu Santo. Ustedes, la Iglesia que aquí se congrega, me han moldeado en Cristo y deberán seguir formándome a su imagen; en un camino que me ha hecho más humano, más padre”.

Posteriormente, Mons. González indicó que “mi Ordenación Episcopal acontece en un tiempo muy particular: la pandemia global ha profundizado y puesto en evidencia la crisis que veníamos atravesando en instituciones, dinámicas sociales, formas pastorales. Un tiempo que podemos convertir en una oportunidad para escuchar la voz de Dios y recuperar lo más genuino y esencial de la experiencia cristiana”.

Y añadió: “Pido al Espíritu Santo la luz para saber discernir, y la docilidad y el coraje necesarios para vivir esta nueva misión pastoral: donde por momentos, como le gusta repetir al Papa Francisco, tendré que ir adelante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo; otras veces, en medio de todos con cercanía sencilla y misericordiosa; y en ocasiones, detrás del pueblo para ayudar a los rezagados, sin olvidar que el mismo rebaño tiene su olfato para encontrar nuevos caminos”.

“Tenemos por delante como Iglesia local, a la luz de las Líneas Pastorales que nos confió nuestro Arzobispo, la tarea espléndida de ser misioneros y, en Cristo, llamar a la conversión pastoral, revitalizar las comunidades, en un anhelo más creciente a la santidad y continuar esta revolución de la ternura que, exige estar más cerca de los pobres y sufrientes; para esto siento que ahora como Obispo el Señor me pone más que nunca entre todos, con todos y para todos”, analizó el obispo.

Además, Mons. González agradeció al Papa Francisco “por el testimonio y las enseñanzas, por la confianza que ha depositado en mí con el nombramiento para este servicio en la Iglesia y el mundo”; al tiempo que hizo extensivo el agradecimiento a “nuestro Arzobispo Víctor Manuel (Fernández), por su apoyo y cercanía al confiarme nuevas misiones, por conferirme la ordenación episcopal e incorporarme a su misión en esta Arquidiócesis”.

“También a mi hermano Alberto (Bochatey), obispo auxiliar con el que trabajamos juntos. Gracias especiales a Mons. Guillermo Garlatti, Arzobispo Emérito de Bahía Blanca y a Mons. Gabriel Mestre, Obispo de Mar del Plata, quienes con su testimonio y amistad me han edificado a lo largo de la vida y me acompañan como co-consagrantes en esta celebración”, destacó Mons. González.

De igual manera, el nuevo obispo mostró gratitud hacia “todos los hermanos obispos, que hoy me reciben. Gracias por visibilizar que caminamos colegialmente. Tendré mucho para aprender y compartir”.

Y remarcó: “Recojo la cercanía de todos los sacerdotes y seminaristas, los que han participado esta tarde y los que están rezando por mí. Abrazo con mucha gratitud a la Federación de Presbíteros de Schoenstatt con los que comparto desde hace muchos años la vida, los ideales y la misión”.

Finalmente, Mons. González agradeció asimismo “a las autoridades aquí presentes el habernos acompañado en esta celebración”.

Enaltecieron aún más la celebración, el Coro Polifónico de la Fundación Catedral, dirigido por el Maestro Andrés Bugallo, y el Coro de la Parroquia Inmaculado Corazón de María, acompañado por el Pbro. Gabriel Baci y la Sra. Rosita Torres.

 

Mons. González impartiendo la bendición ante el grupo pequeño de personas que participaron de la celebración.

 

PALABRAS COMPLETAS DEL ARZOBISPO:

 

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PALABRAS COMPLETAS DEL OBISPO AUXILIAR

 

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Reviví la Ceremonia de la ordenación Episcopal de Mons. Jorge E. González

 

VIDEO: GENTILEZA DE MEDIA IGLESIA CATEDRAL 

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