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Monseñor Morga elogió la formación del Seminario de La Plata

El secretario de la Congregación para el Clero, SER. monseñor Celso Morga Iruzubieta, presidió la Santa Misa en la fiesta de la Visitación de la Virgen María, en el Seminario Mayor San José de La Plata, y se manifestó “gratamente sorprendido por la buena formación que se brinda en este Seminario. Yo rezo, todos los días –agregó- para que se llenen todos los seminarios del mundo. Y que tengan una buena formación, conforme a lo que pide la Iglesia”.

Concelebraron con Mons. Morga Iruzubieta el arzobispo de La Plata, SER. monseñor Héctor Aguer; su Obispo auxiliar, SER. monseñor Nicolás Baísi; el rector del Seminario platense, P. Gabriel Delgado; superiores y formadores. Participaron de la Eucaristía casi el centenar de seminaristas de distintas diócesis del país, que se forman allí.

“Debemos aprender de la Virgen Santísima –agregó- la fe y la humildad. Fe en Dios que es fiel, y que cumple siempre su palabra. Y humildad, para ser conscientes de que llevamos un tesoro inmenso al mundo. Por eso, hoy más que nunca, se pide que el Sacerdote esté adornado de numerosas virtudes. Entre las cuales se destacan el decoro, el signo de su consagración y su compostura.

“El Santo Padre, Benedicto XVI, en su libro Jesús de Nazaret –añadió-, pone de relieve que, por encima de cualquier propuesta social, el sacerdote –con el modelo de la Virgen Santísima- trae a Dios al mundo. Por lo tanto, esa es nuestra labor primordial. Si la hacemos bien, con alegría y testimonio, ello redundará, inevitablemente, en mejores condiciones sociales para todos. Pues haremos un mundo más divino; y, en consecuencia, más humano”.

Exhortó, igualmente, a los futuros presbíteros a que “la Eucaristía sea siempre el centro de su vida. Hace unas horas, un sacerdote de la provincia de Córdoba –donde el entonces padre Morga estuvo como misionero, entre 1980 y 1984-, me decía que los problemas comienzan para un Sacerdote cuando se aleja del altar. Celebren, cada día, con intenso amor la Eucaristía. Ello es lo central de la vida del Sacerdote; juntamente, claro está, con la caridad pastoral”.

Antes de la bendición, en el almuerzo posterior, el P. Delgado, agradeció en nombre del Seminario al ilustre visitante. Y recordó que, hace tres lustros, en ocasión de sus estudios de doctorado, en Roma, compartió las investigaciones del entonces P. Morga sobre el Adoro te Devote; himno eucarístico atribuido a Santo Tomás de Aquino.

Finalmente, Mons. Morga, departió animadamente con los formadores y seminaristas. Y se tomó una foto de conjunto en el espacioso parque del seminario, junto a la imagen de su patrono, San José. Al despedirse, animó a quienes se están formando para el Sacerdocio, “a que sean santos. Como Cristo y su amadísima Iglesia necesitan a sus Sacerdotes…”

 

 

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