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Mons. Mestre en la fiesta litúrgica del beato Pironio: ‘Modelo de vida también en nuestro tiempo’

El Arzobispo Gabriel Mestre presidió este domingo 4 de febrero en la Catedral platense la fiesta litúrgica del beato Eduardo Pironio. Concelebraron la Eucaristía, los obispos auxiliares, Mons. Jorge González y Mons. Federico Wechsung, y los sacerdotes Mariano MonsonisMatías Villarreal Juan Francisco Pappalardo, asesores de ACA.

A luz de los textos de la Palabra y teniendo como horizonte el testimonio de vida del cardenal Pironio, Mons. Mestre propuso tres impulsos para “dejarnos interpelar por Dios en esta celebración: Orando, Predicar, Mano«.

“Allí estuvo orando…”

“Allí en la oración, el mismo Jesús descubre la voluntad del Padre Dios. A ejemplo y con la gracia del Maestro, nosotros también debemos orar en medio de las tensiones y tironeos de nuestra vida. Esta es la oración auténtica, la oración que ilumina el verdadero discernimiento cristiano”, manifestó.



“Vayamos a predicar…”

En tanto, Mons. Mestre señaló: “La Iglesia es evangelizadora por esencia. Es parte de su identidad más profunda. Esa Iglesia somos todos y cada uno de los bautizados y, como el Papa Francisco nos insiste, debemos salir de nosotros mismos e ir al encuentro de las periferias geográficas y existenciales que necesitan y están esperando, lo sepan o no, que se les anuncie la Palabra de Salvación por medio de la predicación”.

“Se acercó la tomó de la mano y la hizo levantar…”


Y subrayó: “El Señor con su mano hoy nos toma de la mano para hacernos levantar de esas situaciones que nos pueden tener tirados, sin esperanzas, bajoneados o paralizados. La vida sacramental, la vida de comunidad en la Iglesia es hoy la mano de Jesús que nos hace levantar para caminar en esperanza teologal”.

Finalmente, el Arzobispo agradeció al Consejo Arquidiocesano de la ACA que organizó de modo particular esta celebración en la que «renovamos la gracia del Señor para nuestro compromiso con la realidad y la historia”.

Para nuestra Arquidiócesis es una verdadera gracia contar con este nuevo beato que intercede por nosotros y es modelo de vida también en nuestro tiempo. Su paso por La Plata, primero como seminarista de Nueve de Julio y luego como obispo auxiliar, han sido providenciales y realmente nos engalanan y comprometen para vivir su legado espiritual y pastoral en estos tiempos difíciles que nos tocan transitar”, concluyó.

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