MAYO:
Martes 3: Ignacio de Antioquía y la espiritualidad del martirio.
Martes 10: Agustín: la continua conversión al amor.
Martes 17: Catalina: «Mi naturaleza es fuego».
OCTUBRE:
Martes 4: Bérulle y la escuela francesa de espiritualidad.
Martes 11: Isabel, en el seno de la Trinidad.
Martes 18: Carlos de Foucauld: soledad, pobreza, fraternidad universal.
Martes 25: Epílogo: beber del propio pozo.
La entrada será libre y gratuita. Y se invita a participar a sacerdotes, religiosas, consagrados y laicos.
Este es el texto completo y oficial de la invitación realizada por Mons. Aguer:
Este cursillo es, en cierto modo, una continuación lejana del que ofrecí, en Belgrano, en 1994, siendo Obispo Auxiliar de Buenos Aires. Aquel quedó estampado años después en un libro: “Espíritu y Fuego” (Lima, Ed. Vida y Espiritualidad, 2001). Me interesaba entonces proponer a los católicos una alternativa al “espiritualismo” tipo New Age que se introducía en nuestros ambientes. nihil novum sub sole: no hay nada nuevo bajo el sol. Actualmente ocurre algo análogo, fomentado por una interpretación -errónea, en mi opinión- del diálogo interreligioso. Se busca en el Oriente no cristiano, en el budismo especialmente, la “espiritualidad” que necesita nuestra sociedad abrumada por el vacío de sentido, que solo puede ser colmado por el conocimiento y el amor del Dios verdadero. Es la recurrente tentación de la gnosis, que hoy seduce especialmente a la burguesía. Las clases populares, en cambio, suelen ser distraídas por la imprudencia de algunos pastoralistas con prácticas multitudinarias y cuasi supersticiosas que resultan imitaciones truchas de la auténtica piedad popular, porque eluden toda referencia a la vida de la gracia y al orden sacramental. También a los pobres se les hace creer, a veces, que la relación religiosa con Dios, la “espiritualidad” se identifica, sin más, con la solidaridad y el compromiso social ¡Y no sólo a los pobres!.
La invitación a Beber del propio pozo propone retomar el contacto con la Gran Tradición de la Iglesia expresada en la vida y doctrina de insignes maestros espirituales de todas las épocas, siempre actuales: San Ignacio de Antioquía, San Agustín, Santa Catalina de Siena, el Cardenal Pedro de Bérulle, fundador de la Congregación del Oratorio, la Beata Isabel de la Trinidad, carmelita, el Beato Carlos de Foucauld. Sus vidas y sus obras no son joyas de la abuela para archivar en una vitrina, sino realidades vivientes, comida y vestido para muchos católicos del siglo XXI, mal alimentados y que tapan con trapos su desnudez.
+ Héctor Aguer
Arzobispo de La Plata
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