Misa Solemne de Santa Teresita del Niño Jesús (1° de Octubre de 2016).
En el monasterio Regina Martyrum y San José, de las Carmelitas Descalzas, de 7 y 35, en La Plata, se están desarrollando en este sábado 1° de Octubre, las celebraciones en honor a Santa Teresita del Niño Jesús, patrona universal de las misiones, junto a San Francisco Javier. Muy temprano tuvo lugar la primera Misa, presidida por el padre Maximiliano Di Virgilio, MC, de la Casa San Ignacio; con quien concelebraron sacerdotes diocesanos y religiosos. Poco después del mediodía, está prevista la Santa Misa que presidirá el Obispo auxiliar de La Plata, Mons. Nicolás Baisi; como cierre del Retiro que las religiosas destinadas en La Plata, están realizando en el Monasterio.
Por la tarde, a las 17.30, presidirá la Santa Misa el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer; al término de la cual se realizará, como es tradición la bendición de rosas. Se invita, especialmente, a participar a toda la feligresía; y celebrar, con el marco del Año Jubilar de la Misericordia, el don de la vida monástica para la Iglesia. La convocatoria tiene, también, el propósito de agradecer la entrega y la vida de sacrificio de las Carmelitas; como pulmón orante de la Arquidiócesis.
La Caridad es la mayor de las misericordias
En la homilía de la primera Misa del día, el padre Di Virgilio, MC, destacó que «con el marco del Jubileo de la Misericordia, es bueno hablar de la Caridad, porque ella es la mayor de las misericordias. Santa Teresita nos dejó la expresión luminosa de su propia experiencia personal de la gracia y de la Caridad».
Agregó que (el célebre filosófo francés) Jean Guitton, escribió en 1954 que ‘Teresa expresa en un lenguaje sencillo, infantil, genial -es decir ingenuo- lo que dijo San Pablo, que la caridad difundida por el espíritu en los corazones de los fieles es todo, y que un único acto de esa caridad vale más que todas las prácticas ascéticas. Es así que podríamos resumir y poner el centro de su teología en la Caridad. Teresa escribe: ‘Cuando soy caritativa, es Jesús quien obra en mí’…».
Añadió que «comentando a Santa Teresita, nos dice Juan Pablo I, ‘ver el rostro de Cristo en el prójimo es el único criterio que nos garantiza un amor serio a todos, más allá de antipatías, ideologías y simples filantropías… Quien ama seriamente a Cristo no puede negarse a amar seriamente a los hombres, que son hermanos de Cristo. Sean feos, malos o pesados, debe el amor transfigurarlos un poquito. Amor corriente. Frecuentemente es el único posible’…».
Concluyó citando la «frase de Santa Teresita, ‘Quiero pasar mi cielo haciendo bien en la Tierra’. Quiera Dios que hoy tengamos esta misma decisión: que, después de la práctica del primer mandamiento, nuestro Cielo sea: practicar la caridad ferviente con nuestros hermanos; amar y consolar a los más afligidos; ayudar y amar a los más necesitados; comprender, perdonar y amar a los más pecadores y malos. En definitiva, como Santa Teresita, que nuestro cielo anticipado sea hacer el mayor bien que podamos en la tierra».
El P. Maximiliano Di Virgilio, MC, de la Casa «San Ignacio», presidió la Santa Misa.
Frente del monasterio «Regina Martyrum y San José», de 7 y 35, La Plata.
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