Con una misión de seminaristas fue reinaugurada la capilla San Pedro, en Villa Garibaldi.
Con el marco de una misión de treinta seminaristas de la Arquidiócesis de La Plata, acompañados de sus formadores, fue reinaugurada y consagrada la histórica capilla San Pedro, en 22 y 652, de Villa Garibaldi. La Santa Misa fue presidida por el Obispo auxiliar de La Plata, Mons. Nicolás Baisi; con quien concelebró el párroco de Nuestra Señora de La Paz, padre Carlos Pont.
Las obras de reconstrucción y puesta en valor del edificio histórico concluyeron con un largo proceso, que abarcó varias décadas. La capilla permaneció cerrada entre 1950 y 1974. Y, merced a la meritoria labor del padre Ángel Colabella, se pudo recuperar de su deterioro.
El templo sobrevivió a circunstancias bien difíciles. Tuvo diversas reformas, en distintos períodos. Y, en los años ’70, por su notable deterioro estuvo a punto de ser demolido. En 1998 fue declarado de Interés Histórico Provincial, por ley 12206, del 5 de noviembre de 1998, y por decreto Nº 4477.
Construido entre 1871 y 1889 posee notable valor religioso, histórico, y cultural. Es uno de los más antiguos de la región platense. Y, entre sus particularidades, posee un mural de quince metros cuadrados; realizado detrás del altar, en 1979, por el artista platense Oscar Levaggi.
En estos últimos tiempos, la provincia de Buenos Aires aportó para la recuperación de la cubierta y de la caja muraria; el tratamiento de humedad de los muros, y la restauración de la fachada y los pisos. Y una refuncionalización de las áreas anexas, para optimizar los espacios. Por su parte, la reinauguración fue declarada de interés municipal.
Los festejos incluyeron una feria artesanal y muestra fotográfica. Y, seguidamente, el acto protocolar de reinauguración. A su término se celebró la Misa de Consagración.
Fervor y testimonio por el barrio
Los seminaristas platenses vivieron jornadas de pleno fervor y testimonio misionero por el barrio. Estuvieron alojados en una casa perteneciente a la comunidad de Total Dedicación; y, desde allí, salieron a visitar las familias, los enfermos, y los más alejados; portaron mensajes navideños, e invitaron a la comunidad para asistir a las distintas celebraciones.
Según la tradición, los seminaristas platenses, concluido formalmente el ciclo anual el 8 de Diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, misionan con sus superiores en alguna periferia urbana de la arquidiócesis, hasta poco antes de Navidad. Dichas misiones preparan el camino para la apertura de distintos centros de pastoral, y apuntalan el apostolado de diversas capillas.
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