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Unos 400 jóvenes vivieron la Pascua compartiendo la alegría de Jesús resucitado

Alrededor de 400 jóvenes celebraron el pasado fin de semana la Pascua en las instalaciones del ex Seminario Menor de Los Hornos y la Casa de la Pastoral Universitaria arquidiocesana, ubicada en la parroquia San Ponciano.

Del Jueves Santo al Domingo de Pascua por la mañana, la Pastoral Juvenil Arquidiocesana desarrolló una nueva edición de Pascua Joven, en la que participaron alrededor de 250 jóvenes, entre pascuantes (menores de 18 años) y jóvenes servidores (mayores de 18 años).

En esta convivencia de cuatro días se compartieron dinámicas y distintas actividades orientadas a reflexionar sobre el Misterio Pascual y todos juntos participaron de las celebraciones litúrgicas propias del triduo pascual.

El jueves acompañaron a Jesús Eucaristía en vigilia de adoración toda la noche, el viernes peregrinaron hacia la parroquia Ntra. Sra. de la Salud para participar junto a esa comunidad del Vía Crucis Viviente; mientras que el día sábado por la mañana fueron convocados algunos sacerdotes y religiosas para compartir sus testimonios vocacionales.



El día domingo los jóvenes fueron invitados a compartir testimonios personales y varios de ellos manifestaron haber tenido un encuentro cercano con Cristo.

Por su parte, la Pastoral Prejuvenil realizó del sábado al domingo la Pascua Prejuvenil, en la que participaron cerca de 150 jóvenes, entre pascuantes (menores de 15 años) y servidores (mayores de 15 años).

Con el lema “Me amó y se entregó por mí”, y a través de juegos, danzas, momentos reflexivos y de un compartir fraterno, los chicos se adentraron en el misterio de la entrega de Jesús.

El momento culmen de ambos encuentros fue la participación en conjunto de la Vigilia Pascual, donde los casi 400 jóvenes celebraron a Jesús Resucitado.



En ambos encuentros, el Arzobispo Gabriel Mestre compartió algunos momentos con ellos y los animó a vivir en profundidad la alegría de Jesús resucitado y a descubrir los frutos de su pasión y muerte en la cruz en las acciones cotidianas. Además, instó a cada uno a dejarse iluminar siempre por la luz de Cristo y la Eucaristía, que colman de vida y esperanza aún en tiempos difíciles.

Asimismo, jóvenes universitarios participaron de un retiro en el que también participó el Padre Obispo, quien iluminó la jornada con una charla a la luz del evangelio de Juan (15, 9-15), insistiendo en la importancia de “amarse los unos a los otros”, en que “Jesús nos llama amigos”, tal como dice la narrativa bíblica, y también pidió revitalizar el “llamado al gozo”.

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