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“Venimos a orar porque amamos y defendemos la vida humana”

El lunes 28 de diciembre y ante el inminente tratamiento en el Senado nacional del proyecto de la interrupción voluntaria del embarazo, el Arzobispo celebró la Misa para orar por el cuidado y la defensa de toda vida. La celebración fue transmitida en vivo vía streaming.

El Arzobispo recordó que la Misa no fue “una conferencia sino una acción litúrgica” y a la cual “vinimos a orar para que el Señor infunda en nuestro pueblo y en los dirigentes un hondo espíritu de amor y de cuidado de la vida”. “También venimos a pedir por nosotros, los creyentes, para que podamos ser coherentes en la defensa de toda vida, cerca de los abandonados, de los que viven a medias, de los destrozados por una sociedad egoísta. Y para que sepamos estar cerca de las mujeres que pasan por una situación difícil y se ven tentadas a buscar una salida en el aborto”.

Recordó asimismo que los creyentes “amamos la vida y defendemos la vida humana no sólo por nuestra fe sino por sólidas convicciones humanistas, que podría sostener también un ateo”. Y aclaró que “muchas personas no creyentes defienden esta vida, y podríamos hacer un largo listado de personas célebres de la política, de las artes y de las ciencias que no son católicas o ni siquiera son creyentes y defienden la vida desde la concepción”.

Insistió además que aquello que “se está gestando en el seno de una mujer no es otra especie, ni es un fenómeno, ni es un tumor, es vida humana con su propia carga genética, con una identidad única”.

Por otro lado,  Mons. Fernández aseguró que se intenta reducir al aborto “a una urgencia de salud pública, cuando sabemos que de las muertes maternas sólo un porcentaje ínfimo es por aborto procurado”. “Hay tanto por hacer que no se entiende esta urgencia abortista”, agregó.

En ese sentido, explicó que detrás de esa “urgencia abortista” hay “fuerzas frente a las cuales no bastan los intentos humanos. Necesitamos orar más”. “Hay mucho poder detrás de la lucha a favor del aborto, mucha presión internacional, mucho dinero, mucha politiquería barata, y también mucho odio a la Iglesia de grupos radicalizados”, subrayó.

Recordó también que el Papa Francisco, en la Encíclica ‘Fratelli Tutti’, ahonda sobre la importancia respecto de la inmensa e inviolable dignidad de cada persona humana más allá de todas las circunstancias.

Por otra parte, desde una perspectiva de fe, dijo que “cada ser humano tiene que ver con un proyecto de amor, más allá del deseo de sus padres, y aunque nadie espere su nacimiento. Nos moviliza más que nada y antes que nada saber que esa creatura es un proyecto de amor del Padre Dios que la ama infinitamente y le regaló la vida por pura y gratuita ternura”.

 

 

 

 


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